Observatorio de Odismet
Las enfermedades mentales crecieron más del 20% en una década
“Como sociedad, debemos entender que cualquier persona puede tener en un momento de su vida problemas de salud mental”, afirma el presidente de Salud Mental España, Nel González Zapico. En España, el Observatorio Odismet refleja que hay 337.200 personas diagnosticadas, un 21,6% más que hace una década.
Por Patricia Encinas
Depresión, ansiedad y otros diagnósticos de enfermedades mentales son cada vez más numerosos en la sociedad actual. Una sociedad hiperconectada e hiperactiva que se ha visto vapuleada por una pandemia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la discapacidad psicosocial se refiere a las “personas con diagnóstico de trastorno mental que han sufrido los efectos de factores sociales negativos, como el estigma, la discriminación y la exclusión”.
En España son 337.200 personas las que la tienen, un 21,6% más que hace una década tal y como recoge en su informe 9 el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de Fundación ONCE (Odismet), cofinanciado por la Unión Europea, según datos provenientes del Empleo de las Personas con Discapacidad del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El trabajo es una de las cuestiones que más influyen en la salud mental de la población, y paradójicamente, son las personas con discapacidad psicosocial las que ocupan el segundo lugar respecto a la menor tasa de empleo en todo el ámbito de la discapacidad. Según el informe El empleo de las personas con discapacidad (EPD) 2022 del INE, las personas con discapacidad psicosocial ocupan el segundo lugar respecto a la menor tasa de empleo entre el colectivo. No obstante, en el referido año la tasa de empleo de las personas con problemas de salud mental fue del 18,9%. Esta cifra es 1,2 puntos mayor que la del año anterior, 2021, que se situó en el 17,7%. Cuestión diferente es la de su tasa de actividad que ha disminuido dos puntos porcentuales desde 2013, situándose en un 29,2%.
El trabajo puede ser un apoyo para la recuperación de las personas y, al mismo tiempo, puede ser un factor que propicie o alimente los problemas de salud mental
Los bajos salarios, la baja tasa de empleo y su mayor grado de dependencia elevan el riesgo de pobreza en las personas con discapacidad psicosocial. Según detalla Odismet, las condiciones laborales que acompañan a este segmento son especialmente precarias, afectando así su riesgo de pobreza. Así, atendiendo a los salarios, mientras la media bruto/ año del colectivo se fija en 21.544 € en las personas con discapacidad psicosocial es de 17.348.
A ello se une el obstáculo de pertenecer a un segmento afectado por estereotipos y prejuicios que acentúan las desigualdades e incrementan el rechazo cuestiones que afectan a su integración socio laboral.
Visión multidisciplinar
Marta Carrión, coordinadora de atención a demandantes de Inserta Empleo Comunidad Valenciana, entidad de intermediación laboral de Fundación ONCE, asegura que “es necesario abordar la inclusión laboral de las personas con problemas de salud mental desde un punto de vista multidisciplinar en el que participen todos los agentes implicados”.
En opinión de Carrión, “es fundamental un servicio de orientación y un buen control médico de la enfermedad”. Añade que “todavía existen muchos prejuicios a la hora de contratarlas, y ello las lleva en muchas ocasiones a ocultar el diagnóstico”.
En este sentido, Juan Camba, coordinador de atención a empresas en Inserta Empleo Galicia, asegura que, en ocasiones, “son las empresas las que nos indican que nos les derivemos personas con discapacidad psicosocial, y ello se debe a la falta de información, el temor y la falta de ejemplos a los que poder acudir”. No obstante, reconoce que los problemas de salud mental tienen cada vez más visibilidad debido, en su opinión, “al espacio que ocupan en los medios de comunicación debido a la preocupación social que generan, a lo que también contribuye que personajes públicos lo normalicen hablando de ello”.
Evitar la precariedad
Por otra parte, la precariedad laboral es un factor que empeora la salud mental. Así, la Encuesta Europea de Salud en España (2020) concluyó que en ese año hubo 511.000 casos de depresión, que según el informe Presme (Precariedad laboral y salud mental) se hubiera podido evitar si la población precarizada hubiese tenido un empleo estable.
Según explica el presidente de la Confederación Salud Mental España, Nel González Zapico, “el trabajo puede ser un apoyo para la recuperación de las personas y, al mismo tiempo, puede ser un factor que propicie o alimente los problemas de salud mental. Unas exigencias negativas del trabajo y la precariedad en sus condiciones pueden significar un riesgo para la salud de las personas trabajadoras”.
González Zapico añade que “al hablar de trabajo, nos referimos a uno de los principales determinantes de la salud física y mental de las personas y, en los momentos actuales, en los que el trabajo ha sufrido y está sufriendo cambios continuos y sustanciales en su organización, esa afectación puede dar lugar a problemas de salud mental”. El presidente de Salud Mental España añade que “el teletrabajo, el empleo de las tecnologías de información y comunicación, el incremento en el volumen y velocidad de información, la utilización creciente de la externalización y la subcontratación son algunos de los aspectos clave”.
Recuerda González Zapico que “las personas con problemas de salud mental tienen sus habilidades, capacidades y destrezas, al igual que cualquier otra persona. Muchas veces, lo único que les falta es la oportunidad y los medios para poder demostrarlas. Como sociedad, debemos entender que cualquier persona puede tener en un momento de su vida problemas de salud mental, o conocer en su entorno cercano a una persona con un trastorno mental”.
A su juicio, “importa cuidar la organización del trabajo y los roles asignados, además de las relaciones personales dentro del ámbito laboral; saber canalizar los conflictos y propiciar un clima que evite el estrés y el burnout entre las personas trabajadoras”.
Estrategia de Salud Mental
El abordaje de la salud mental se ha convertido en uno de los retos más importantes del Sistema Nacional de Salud, especialmente tras la covid, porque en muchos países ha aumentado la prevalencia de trastornos como la ansiedad o la depresión y complicado otros problemas de salud mental ya diagnosticados.
En este sentido y en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia el Gobierno ha impulsado entre sus prioridades la Estrategia de Salud Mental 2022-2026, que pretende mejorar la salud mental de la población en todos los niveles y ámbitos del Sistema Nacional de Salud, atender y acompañar de forma integral a las personas con problemas de salud mental desde el respeto a los derechos humanos, apoyar a sus familias y promover un modelo de atención integral y comunitario que favorezca la recuperación e inclusión social.
La Organización Mundial de la Salud reitera que ninguna persona debería verse privada de sus derechos humanos o excluida de las decisiones sobre su propia salud por tener un problema de salud mental. Trabajar para que tengan la oportunidad de tener una vida plena, es cosa de todos. Como dijo Nelson Mandela, “la mayor gloria en vivir no radica en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos” todos en algún momento de la vida tenemos que hacerlo.
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