Lanzas nuevo libro. Tu cerebro tiene hambre (ed. Planeta). ¿Qué nos propones en este nuevo libro?, ¿qué vamos a aprender nuevo?

Vamos a aprender estrategias y herramientas prácticas para controlar el hambre emocional, que es un gran problema en nuestra vida actual. Y mucho más, porque el libro ofrece ‘los pilares de la dieta’, que es una propuesta nutricional con formato sueco pero sabor mediterráneo y una batería de ejercicios que todos podemos hacer en casa para entrenar la fuerza, en menos de 15 minutos al día. Lo he llamado el TRIS, porque puedes entrenar el tren inferior y superior en un tris… en un momentito.

¿Es posible adelgazar sin ‘pincharnos’? ¿Cómo ves todo lo que está rodeando el Ozempic? ¿Es el medicamento para adelgazar por excelencia?

Los nuevos fármacos son herramientas muy útiles que están consiguiendo que personas que llevaban años estancadas sin perder peso consigan reducciones en torno al 5 o el 15 por ciento... De hecho, hay nuevos fármacos en estudio con los que se consigue hasta un 25 por ciento. Sin embargo, son herramientas que se deben incluir en una estrategia de 360 grados, junto a cambios en los estilos de vida. Estamos ante una revolución en el tratamiento de la obesidad pero hay que tener claro quién debe y quién no debe usar estos fármacos, y cómo hacerlo.

“Si puedes hacerte entender en un pueblo de 500 habitantes, puedes hacerte entender en cualquier sitio”

Y hablando de hábitos saludables, ¿cómo estamos? ¿Cómo ves a los españoles últimamente? Da la impresión de que hablamos mucho de cuidarnos pero, a la hora de la verdad, los números nos dicen que no lo hacemos tanto.

La obesidad se ha multiplicado por tres en los últimos 50 años. El mundo ha cambiado, ahora tenemos mucha más accesibilidad a alimentos no saludables, el sedentarismo aumenta… y hay varias ligas relacionadas con el autocuidado, que en muchas ocasiones también dependen del nivel socioeconómico de las personas. Por ejemplo, hay estudios que indican que la obesidad es mayor en niños de familias con menos recursos.

¿Abusamos de los medicamentos?

Hay algunos medicamentos a los que les hemos perdido el respeto, sin duda. Necesitamos más educación sanitaria.

De todas tus facetas, que son muchas, con cuál estás más cómoda: colaboradora de medios, televisión, escritora, divulgadora en redes, presentadora de eventos… ¡No paras!

¡El problema es que me gusta todo mucho! No renunciaría a nada… y así me va, sin parar. Pero si tuviera que elegir solo algo, me quedaría con la faceta de conferenciante, en charlas pequeñas, con pocos asistentes donde hay mucha interacción, bidireccionalidad… Creo que ahí la divulgación llega más que en cualquier otro formato.

¿Cuál dirías tú que ha sido el secreto de tu éxito? ¿Por qué una joven farmacéutica de Castilla La Mancha se convierte en la divulgadora de farmacia y hábitos saludables más relevante de España?

Creo que todos agradecemos entender las cosas y que nos las expliquen con sencillez y cercanía. Probablemente esa sea la clave…

¿Qué papel dirías que ha jugado tu humor manchego (tan de moda) en tu éxito? ¿Por qué casi todos los mejores humoristas de España salen de allí?

Será algo que nos ponen en el agua… o quizá el ajo morado de Las Pedroñeras… jaja. Para mí el humor es el excipiente que hace que la divulgación llegue a la diana.

Te preguntaría si es compatible ese humor con la divulgación, pero está claro que sí lo es, pero ¿cómo lo vieron tus compañeros profesionales al principio?

Al principio incluso mi madre me preguntaba si hacía falta que me disfrazara… Y la respuesta es que sí, para ser disruptivo y llamar la atención había que hacer cosas así. Algunos compañeros boticarios al principio me miraban con un poco de recelo, temiendo que con las canciones, los disfraces o el humor se perdiera el rigor. Luego vieron que no era así y ahora mismo somos una gran legión de compañeros divulgadores.

Tu ‘nombre artístico’ en realidad es un homenaje a los farmacéuticos de toda la vida, a los boticarios. ¿Qué recuerdos tienes, qué aprendiste de tus años al frente de una farmacia en el medio rural, en Belmonte?

La botica rural fue mi gran escuela de comunicación. Si puedes hacerte entender en un pueblo de 500 habitantes puedes hacerte entender en cualquier sitio.

¿Hemos perdido esa relación con el farmacéutico?
Las encuestas que se hacen apuntan a que la mayoría seguimos teniendo un boticario de cabecera. Ahora hay quien lo tiene incluso en redes sociales.

El personaje de Boticaria García nace de Internet (primero en blogs) y se consolida en las redes sociales, ¿cómo te llevas con las redes ahora mismo? Es decir, las redes sociales te han dado mucho, pero ¿te han quitado algo? ¿Qué es lo mejor y qué es lo peor de la exposición a las redes sociales?

Me han dado algunos de mis mejores amigos y la posibilidad de dedicarme a lo que realmente es mi vocación. ¿Hay ‘haters’? Sí… pero ignorarles es la mejor estrategia. Por supuesto que las redes sociales quitan “tiempo”, pero el problema no es la herramienta, es que no estamos formados para usarlas y que la dopamina que ofrecen es realmente adictiva. Es algo que todos debemos aprender a gestionar.

Has comentado esto: “Hoy en día creo que lo más efectivo es conseguir que la gente te incorpore a sus redes, que igual que siguen a actrices o cantantes, también quieran tener impactos tuyos. Porque eso va a hacer que te consulten. Mi objetivo es intentar inocular el virus del escepticismo en la población”. ¿Estás consiguiendo inocular ese virus, al menos que la gente se lea las etiquetas de los productos que compra?

Creo que con El jamón de york no existe, mi tercer libro, mucha gente aprendió a leer etiquetas y es algo de lo que más orgullosa estoy en mi carrera. Esas pequeñas decisiones para llenar el carro de la compra realmente marcan la diferencia en la alimentación de una persona.

Has conseguido crear un universo propio, un lenguaje particular en tus redes sociales: las adscritas, los zorromostros, Portugal… Para los lectores no iniciados, ¿nos puedes dar una pincelada de lo que es esto?

Tener un “idioma propio” refuerza el sentimiento de comunidad, es nuestro código, de alguna manera secreto, que solo entienden las adscritas (seguidoras) que llevan mucho tiempo. A las nuevas les enfada pero esa es parte de la gracia. ‘Zorromostros’ es algo feo, como los palitos de cangrejo a los que tengo mucha manía, ‘Portugal’ es comer mucho verde y mucho rojo… ‘Intrínsecos’ son los maridos y ‘extrínsecos’ las exparejas… Todo muy fácil.

“Las pequeñas decisiones para llenar el carro de la compra realmente marcan la diferencia en la alimentación de una persona”

Colaboras con varias ONG, especialmente con Unicef. ¿Qué has aprendido con ellos? ¿Cómo han sido tus experiencias en el terreno?

Colaborar con Unicef me ha cambiado la forma de ver el mundo en muchos sentidos, pero sobre todo le ha dado sentido a tener una comunidad en Instagram. Creo que lo mejor que he podido hacer como divulgadora ha sido poder sensibilizar sobre estos problemas que hay en el mundo. Colaborar con Unicef y con Ayúdame 3D ha sido lo más importante que he hecho en redes sociales. Todas las experiencias en terreno (Níger, Senegal, Jordania…) han sido transformadoras, pero quizá visitar la frontera con Ucrania, ha sido lo que más me ha impactado. Ojalá fuéramos todos conscientes de lo que ocurre no tan lejos de donde vivimos y tomáramos acciones.

Dinos lo mejor y lo peor de la fama.

Es verdad que tener gente que te conoce y te reconoce por la calle tiene cosas muy buenas, que es sentir el cariño de la gente. Tengo primas que no abrazan con ese amor y cariño. Lo único malo es lo que puede condicionar a tus hijos. En su colegio ha corrido la voz de que han cambiado los yogures de sabores por los naturales por mi… y eso mis hijos lo llevan un poco mal.

Una recomendación para vivir más saludablemente…

Comer más Portugal, hacer un tris todos los días y rodearnos de las menos personas ‘zorromostros’. Y ya con eso estamos todos iniciados en mi idioma.