Los juegos de mesa viven una ‘edad de oro’ que ha aumentado tras la pandemia
¡A jugar!
El auge de esta práctica, fuente de aprendizaje, entretenimiento y socialización, ha hecho que aparezcan bares y tiendas especializadas que albergan un amplio catálogo de juegos de mesa para practicar con amigos y familia. Ofrecen temáticas para todos los públicos y gustos que afrontan desafíos de forma divertida. Desde vivir aventuras, resolver enigmas, formar parte de un batallón o adivinar los grandes hitos de la humanidad. Es un ocio sano que gana seguidores.
Por M. J. Álvarez
Están de moda. No son un reducto exclusivo de gente mayor echando la partida de cartas o del dominó en el bar del barrio, de grupos de amigos que quedan en casa de uno de ellos un sábado o un domingo, de familias reunidas en una celebración o solo para los para niños. Los juegos de mesa están viviendo un boom desde hace años que ha hecho que algunos de los más clásicos y populares, como la brisca, el tute o las tres en raya se “reinventen” y añadan un plus o un extra, explica Ana Fernández, encargada de una de las tiendas con más material de Madrid, GoblinTrader (Comerciantes de Duendes).
Tal es así, que en esta denominada ‘Edad de Oro de los Juegos de Mesa’ —cuya demanda ha crecido un 40% en menos de una década, según el diario The Guardian— hay bares temáticos dedicados a una actividad que se remonta a la prehistoria con la aparición de lo que parecían dados: 49 piedras talladas con pinturas en lo que hoy es Turquía. Fue en el año 5.000 a. C.
La demanda de esta industria ha aumentado un 40% en menos de una década
Las grandes capitales del mundo como Nueva York, Canadá o Londres fueron las pioneras a las que sumaron después ciudades españolas como La Coruña, Zaragoza, Valencia, Barcelona o Madrid, que cuentan con un ramillete de estos locales especializados que cada vez tienen más éxito. Por ello, para los fines de semana, celebraciones o reuniones de grupos grandes es preciso reservar si no quieres que tus planes se vengan abajo.
Ocio sano y de calidad
En Six Board Game Café tienen más de mil juegos para todos los gustos y para todos los públicos. “Entre los clásicos más solicitados por los clientes se encuentran el Risk, Scrabble, Trivial, Cluedo, ajedrez, dominó o baraja española. Y entre los más actuales figuran el Exploding Kittens, Virus, Catan, Dixit o Carcassone”. Así lo afirma Álvaro Benito, encargado del bar-restaurante que abrió sus puertas hace dos años y medio en el distrito madrileño de Retiro.
“Nuestro eslogan es escapar del mundo digital y ofrecer un tiempo de ocio de calidad. Para ello, disponemos de un espacio agradable en el que la gente puede disfrutar con otros, socializar, concentrarse en una experiencia inmersiva y pasar un rato divertido”. A su juicio, esas son las claves que atraen al público variopinto del local en plena era de lo digital. “Ofrecemos una experiencia diferente, sana, que une y enriquece las relaciones, mientras se desarrollan estrategias y habilidades, entre otras capacidades cognitivas. Y todo ello, con el predominio del buen rollo y un trato amable”.
El mercado se ha abierto a un público más general por el abanico de estilos y mecánicas
El ambiente es agradable, animado y poco ruidoso. No hay ni una sola pantalla en el local y a media tarde de un jueves las mesas las ocupan familias con niños, parejas de amigos y algunos grupos. La afluencia va creciendo a medida que avanza el reloj. Para entrar hay que abonar 3,5 euros, cantidad que da derecho a jugar el tiempo que se desee, o 5 euros, consumición incluida. Los fines de semana y los festivos, entre las 16 y las 20 horas, el precio sube a los 15 euros porque incluye el picoteo.
“El dinero de la entrada nos permite conservar el material y adquirir el nuevo”, explica Benito. La variedad es la tónica y no hay lugar para el aburrimiento: los juegos van rotando, es decir, algunos se retiran y almacenan para que otros ocupen su lugar, recalca el encargado.
“La gente que viene para estar una o dos horas está hasta cuatro; por eso recomendamos reservar por tres o cuatro porque esto te engancha”. Las paredes del Wall of games (Muro de juegos) están repletas de estanterías, como en una biblioteca, organizadas por secciones y géneros: infantil, familiares, generalistas, clásicos, iniciáticos, avanzados, de misterio, de estrategia… En la web del establecimiento hay un filtro donde se puede buscar el juego que se desee y tenerlo localizado al llegar; si no, no hay problema: es fácil encontrarlo. Y si no sabes qué elegir, siempre se puede pedir ayuda a los empleados que te aconsejan en función de tus deseos y perfil y te explican, incluso, las reglas.
“Cada mes planificamos eventos. En el último, tuvimos a 32 participantes que se disputaban un territorio imaginario en ‘el Señor de los Anillos’”
En Six Board Game Café disponen también de una zona destinada a la venta que incluye piezas para forofos, para regalar o para coleccionistas, como es el caso de HeroQuest, que dejó de distribuirse en 1990. En cuanto a los precios, el abanico es amplio y pueden oscilar desde de los 9,95 euros de Coloreto, un juego de cartas infantil, a los 89,95 de Pandemic Legacy, definido por algunos como el mejor juego de mesa de todos los tiempos. En el local también se realizan presentaciones y promociones y los martes y los miércoles se puede disfrutar de una doble experiencia: aprender y practicar inglés jugando. Es imprescindible reservar.
Aunque el invierno es la temporada alta, ahora disponen de terraza, con la que el espacio se amplía. “La idea de abrir un establecimiento de este tipo se debe a mi jefe cuando en un viaje a Londres se inauguró el primer ‘Boarding coffee’. Le gustó el modelo y pensó trasladarlo a España. Después, recorrió otros cafés en Nueva York y Berlín y, finalmente, montó este aquí. Fue muy valiente porque todo eso fue en pleno covid-19”.
Tienen su propio ‘Oscar’ que se entrega en Alemania al mejor Juego del Año
A pesar de su corta vida, están satisfechos con la respuesta de los clientes que comparten mesa con otros sin problema. “No es muy fácil la dinámica de un negocio como este en el que hay que pagar por jugar, sin embargo, ha tenido una buena aceptación. Tenemos clientes fijos; la mayoría viene para conocer la experiencia y repite. El ambiente es muy bueno y nos encanta poder ofrecer la oportunidad de que la gente pueda hacer algo diferente mientras desconecta jugando y se divierte en este barrio de Pacífico”.
Una nueva afición
“Desde la pandemia ha aumentado el interés y se ha abierto el mercado a un público más general, no necesariamente tan cerrado y familiar. Las redes sociales han contribuido a ello, sin duda. Quienes los han descubierto lamentan no haberlo hecho antes”, indica, por su parte, Ana Fernández, encargada de GoblinTrader, una tienda que vende estos productos y también miniaturas, su especialidad, desde hace nueve años en el distrito de Chamberí. Los compradores de los juegos de mesa que acuden al establecimiento tienen entre los 25 y los cuarenta y pico años. “No es un público friki sino especializado”. Esta experta atribuye el éxito a la curiosidad por una nueva afición que no solo te despierta a nivel intelectual, sino que fomenta habilidades y la cooperación con los demás para alcanzar un objetivo común.
El comercio, de dos plantas, una por materia, más una zona de juegos, no cobra por su uso. “El espacio es público y gratuito. Los clientes se traen sus juegos de casa y, si lo desean, pueden alquilarlos por dos euros cada uno, tras hacer la reserva. No está permitido introducir alcohol ni comida en el salón”, indica. También es frecuente que se hagan grupos para competir de gente que no se conoce entre sí y que surjan amistades. “Cada mes planifican eventos. En el último, tuvimos a 32 participantes que se disputaban un territorio imaginario en El Señor de los Anillos”.
No les faltan compradores, porque es habitual que los aficionados tengan su propia ludoteca. “No obstante, en este sector hay una especie de maldición y es que hay productos que no se pueden adquirir porque las editoriales no sacan segundas o terceras ediciones, como sucede con los libros, con lo cual, hay gente que prueba los juegos, pero no puede comprarlos aunque quiera”, recalca Fernández.
Un mundo por descubrir
Esta industria lúdica cuenta con sus propios Oscar, un evento que se celebra en Essen (Alemania), donde sale elegido el mejor Juego del Año en una competición denominada Spiel des Jahres, que comenzó en los años ochenta. Así se puede comprobar con los que tienen expuestos en las estanterías de este comercio enclavado la zona de Cuatro Caminos.
Cascadia fue el ganador en 2022; en 2011, Dixit y en 2001, Carcassone, “que, a pesar de que tiene muchos años, se está descubriendo ahora”. Las baldas de novedades —salen cuatro o cinco por semana—; de especialistas; de rol, como Dragones y Mazmorras; de aventuras; de táctica o de estrategia o familiares e infantiles conforman parte de sus fondos. “Hay una variedad infinita de juegos que podemos dividir en competitivos y colaborativos. Yo prefiero estos últimos”, comenta Fernández. Uno de ellos es la edición de Gloomhaven de 2007, cuya caja pesa nueve kilos.
Los ‘wargames’: los top en ventas que tendrán una serie en Amazon
Los top en ventas en este comercio son los juegos de miniaturas, los wargames; es decir, los juegos de guerra que recrean batallas históricas y de fantasía o ciencia ficción. La afición de los responsables del negocio a este mundo los llevó a montar GoblinTrader, que cuenta con varias sucursales en Madrid.
Episodios de la I y la II Guerra Mundial o de las Cruzadas o Star Wars o Juego de Tronos son ejemplos de las modalidades que ofertan, así como sus correspondientes dioramas (maquetas), escenarios, soldados, etc. Todos estos artículos se pueden comprar para montarlos, pintarlos o ya elaborados. Son de plástico, termoplástico, resina o peltre, precisa, por su parte, Javier Moreno. “El más vendido es Warhammer 40.000, una facción de los Exterminadores de los Marines Espaciales”, indica. La caja cuesta 200 euros y pesa quince kilos.
Libros de divulgación científica para reproducir con mayor fidelidad los detalles, así como el reglamento, son algunos complementos que se pueden adquirir para los juegos históricos. Los precios oscilan entre los 100 y los 400 euros “Cuanto más atrás te remontas en la historia, más edad tiene el cliente. En general, se sitúa entre los treinta y los sesenta años”, precisa Moreno.
El éxito de los games workshop se remonta a los años ochenta, pero con la pandemia, un canal de Youtoube enseñó a jugar y con ello se despertó el interés de la gente. A partir de ahí salieron al mercado videojuegos, merchandising e, incluso, se está preparando una serie en Amazon. El actor, Henry Cavill —protagonista de Superman—, ha ayudado a que se concretara la idea, no en vano es un fan acérrimo de Gloomhaven, un juego que no deja de promocionar. Así lo indica, Mina López, la tercera dependienta de esta tienda en la que no hay lugar para el aburrimiento.
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