Juan Eslava Galán, historiador
“España es un país de pícaros”
Desde aquel supuesto ‘Brad Pitt’ que enamoró a una campesina a la que despojó de todo su dinero hasta grandes dirigentes después caídos en desgracia, a todos ellos los ha movido la avaricia, el pecado capital que más caracteriza a pequeños y grandes villanos españoles, quizás solo superado por la envidia. El historiador Juan Eslava Galán revela cómo la obsesión por la riqueza y el poder ha generado una huella perdurable en la sociedad española.
Por Rafael Olea
Juan Eslava Galán se ha propuesto analizar la historia de España a través de la saga Los pecados capitales. Tras describir la influencia de la lujuria, desvela cómo la avaricia ha estado íntimamente vinculada a los villanos hispanos de diferentes épocas. Así, detalla cómo nació la palabra enchufismo durante la Segunda República, el origen de grandes fortunas de la burguesía lucradas con el tráfico de esclavos o el precio de algunas decisiones políticas del Generalísimo. En Avaricia (Editorial Destino) detalla la historia de pícaros y corruptos personajes que comparten hacer suyo un refrán que se repite a lo largo del libro: «A mí que me pongan donde haya».
¿Por qué afirma que envidia y avaricia son los pecados capitales más comunes entre los españoles?
Creo que son dos pecados que de algún modo se relacionan. He seleccionado avaricia por seguir la lista tradicional de los pecados capitales, pero en realidad quizás deberíamos de hablar de codicia. En cualquier caso, son concomitancias. Esto se da mucho en España. No quiere decir esto que no se dé en otros lugares. Los franceses, por ejemplo, son más avaros que nosotros, pero he puesto el foco en España, que es lo que nos toca.
Comenta que la avaricia ha sido el motor de los grandes eventos históricos.
Y no solo en España. En el mundo la codicia y el deseo de bienes ajenos tiene mucho que ver con la historia. Ese es su motor. Es una concepción marxista, y no lo soy, pero creo que en esto Marx estaba centrado: en pensar que el motor de la historia es la economía.
Desvela que ya había estafas piramidales hace dos siglos, cuando la hija de Larra huyó de España con millones de reales. ¿Cómo es posible que todavía haya quien caiga en esta trampa?
A mí me sorprende. Pones la tele y salen estafas. Recientemente, hubo alguien que se hacía pasar por un famoso actor de Hollywood [Brad Pitt], supuestamente enamorado de una campesina española a la que pedía su pasta y esta se la entregaba. ¡En qué cabeza cabe que esto pueda ocurrir! Pero esto puede ocurrir cuando hay dinero de por medio. A saber cuándo se inventó la estafa piramidal, seguramente tampoco la inventó la hija de Larra. Cuando hay dinero por medio, hay gente que se pone a vender duros a cuatro pesetas, y la gente pica.
“¡Hay políticos capaces de quitarle la bolita a un escarabajo!”
Precisa que fortunas de apellidos reconocidos se originaron con el tráfico de esclavos en el Caribe español, que se mantuvo hasta 1870.
Efectivamente, muchas fortunas, incluso algunos bancos familiares importantes, se remontan al tráfico de esclavos del siglo XIX. El dinero importante de algunas de las grandes fortunas tiene un origen un tanto oscuro.
¿También es oscuro el origen de fortunas conseguidas recientemente?
Efectivamente, se van adaptando a las nuevas circunstancias. Si nos fijamos, había un tipo de estafa o un tipo de timo en la época de Franco, y a lo mejor ese mismo timo no existe en la Democracia, pero sí el mismo tipo de timador. En este sentido, no nos corregimos nunca. Diría que todo esto se remonta a nuestras raíces. En España hemos aportado un género literario nuevo a la literatura universal como es la picaresca. Ahora la hay en otros países, pero antes no y la aportamos nosotros. Al fin y al cabo, España es un país de pícaros. Lo cuento en alguna frase famosa que aparece escrita en los retretes, sitio donde sí había libertad en la época de Franco: “A mí no me deis, ponedme donde haya”. Es decir, yo me sirvo; una mentalidad muy predominante.
Afirma que la burguesía catalana fomentó el imperialismo e, incluso también el esclavismo en el siglo XIX.
De ahí proceden las grandes fortunas catalanas, de la explotación de los esclavos en Cuba. Y curiosamente, cuando perdemos Cuba es cuando en Cataluña quiere desembarazarse de España y ser independientes. Mientras Cuba estuvo en España eran, junto con los vascos, los principales beneficiarios. No había ningún problema, pero se pierde la bicoca y queremos la independencia...
¿Quiere decir que por la avaricia se derivó del esclavismo al nacionalismo?
Eso es, el nacionalismo tiene también mucho que ver con la avaricia. No tenemos más que ver los problemas de, por ejemplo, la familia Pujol, que está debidamente retratada en el libro.
En Avaricia también critica el Cupo Vasco.
Sí, es una estafa legal. Es lo más grande: ¡que en una democracia exista una estafa legal! Si desde el punto de vista de la Constitución todos los españoles somos iguales ante la ley, resulta que unos, los del cupo vasco, son ‘más iguales’ que los demás. Es una contradicción absoluta que no tengan el mismo régimen de impuestos que el resto. ¿Y eso por qué? Pues hay que remontarse a las guerras carlistas… Así que eso no tiene ningún sentido. Bueno, sabemos que Suárez cedió por los votos de los vascos e impuso al ministro Ordoñez que el cupo vasco tenía que incrementarse, incluso. De esos polvos vienen estos lodos.
¿Genera dudas hacia la democracia ver a gobernantes otrora admirados y encumbrados, y posteriormente encarcelados o juzgados?
Los peces grandes rompen las redes y se escapan, pero de vez en cuando es un consuelo para los que vemos que el país se deteriora que el peso de la justicia a veces caiga sobre determinados individuos, pero también decía Quevedo que “en este país no hay más justicia que la que uno se compra”. Entonces era peor.
“Aquí no hay izquierda ni derecha. Aquí no hay colores políticos. Es simplemente la naturaleza humana en acción”
¿Sigue afectándonos la avaricia? ¿De dónde surge?
Nos afecta muchísimo. Creo que está a la orden del día en el momento en que se gestionan ingentes cantidades de dinero sobre todo a nivel de los políticos, que de pronto comienzan a manejar una cantidad de dinero impresionante aquí, en Europa o donde sea. Y claro, siempre está la avaricia y la codicia para robar lo que se pueda. Expongo casos flagrantes en mi libro. Además de todo tipo, pues aquí no hay ni izquierda ni derecha, aquí no hay colores políticos. Es simplemente la naturaleza humana en acción.
¿Qué casos le han sorprendido más?
Recuerdo que después de la guerra, en un pueblo deciden que ‘vamos a ser hermanos’ para ayudarse y ponen un dinero para comprar chorizos, etc., y formar una especie de cooperativa. Y luego, cuando abren la hucha, resulta que no hay dinero y sí arandelas metálicas. Eso representa a pobres robando a pobres, pero también hubo ricos robando a ricos. Es decir, aquí no se salva nadie. He intentado reflejar desde casos muy conocidos hasta otros mucho más atractivos y pequeños que no se han conocido.
¿Tiene algún avaro favorito entre estos personajes?
¡Sin duda alguna! Mi favorito es Jordi Pujol. Cuento una experiencia cuando van unos periodistas a entrevistarlo a su mansión, una masía perdida en el campo, en el quinto carajo, y no les saca ni un vaso de agua, pero cuando ellos, sedientos, le dicen de ir al bar del pueblo a comprar una tónica y una botellina de agua, el tío se apunta y les pone la gorra [para pedir dinero] a los pobres periodistas que están en su casa y han ido a entrevistarlo. Es un caso paradigmático. ¡Hay políticos capaces de quitarle la bolita a un escarabajo!
¿Y cuál es su villano menos favorito, aquel que le gustaría que nunca hubiera aparecido en la historia?
Bueno, lo cierto es que tengo una lista interminable de personajes que me gustaría que no hubieran aparecido en la historia. La realidad es que hay muchísima gente que ha hecho muchísimo daño, pero si me dices suprimir un personaje de la historia, ese sería Fernando VII. Es el peor rey que hemos tenido, aunque hay otros reyes más recientes que aparecen en el libro.
¿Cómo es el villano actual que va a pasar a la historia?
La pandemia le ha despertado. Conocemos muchos casos de tráfico económico con las mascarillas en un momento en que la sociedad española entera estaba angustiada. Creo que con el tiempo irán saliendo cosas de gente que se aprovechó mucho, no solo los casos que ya conocemos. Irán saliendo casos donde se verá la catadura humana y moral de la gente, que es capaz de aprovecharse de la desgracia ajena para hacer fortuna. Esto no es un libro que se pueda cerrar, está abierto, siempre abierto en canal.
¿El país de la picaresca tiene remedio?
Creo que no, que esto pertenece a la naturaleza humana. El único remedio es que tenemos que abusar de las leyes, del sistema legal y de la justicia para que se procure evitar en lo posible, pero que sea posible evitarlo, pues no… Está en la naturaleza humana lo de robar y lo de amasar. Creo simplemente que la sociedad tiene que desarrollar sus sistemas de defensa. Y voy perdiendo la fe, hablando desde la experiencia.
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