Jesús Norberto Fernández, presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP)

“Debemos sostener el sistema público de pensiones y blindarlo”

Recientemente nombrado presidente de la plataforma de mayores más representativa del país, Jesús Norberto Fernández se marca el objetivo de luchar por pensiones justas, una mejor sanidad y contra la soledad no deseada. Advierte que “es crucial mantener un diálogo constante y una postura firme si queremos que las personas mayores tengan un papel relevante en nuestra sociedad”.

Por Santi García

13/05/2025
Jesús Norberto Fernández, presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP)

Jesús Norberto Fernández ha desarrollado su actividad profesional como funcionario del cuerpo técnico superior de la Seguridad Social durante sus 46 años de servicio público. En esta extensa trayectoria se ha especializado en planificación y gestión de programas y servicios dirigidos a las personas con discapacidad, personas mayores y personas beneficiarias de la ley de dependencia.

Ha desempeñado diferentes cargos y subdirecciones generales dentro del Imserso, manteniendo permanente relación con el ámbito de las personas mayores. Igualmente, fue miembro organizador de la 2ª Asamblea Mundial del Envejecimiento y coordinador de los Informes Bienales sobre las Personas Mayores en España, de la Estrategia de envejecimiento activo y buen trato a las personas mayores y del Consejo Estatal de Personas Mayores.

Desde la PMP, asumirá la coordinación de estrategias de interlocución e incidencia política en materia de pensiones, sanidad, soledad no deseada o edadismo, entre las asignaturas que aún quedan pendientes en España respecto a la defensa del bienestar y los derechos de las personas mayores.

¿Qué le llevó a presentarse como candidato a la presidencia de la Plataforma de Mayores y Pensionistas?

En realidad, no me presenté por iniciativa propia, sino que me animaron a que lo hiciera. Cuando terminé de trabajar, me involucré en entidades sociales y fundé una asociación de baja visión en Tres Cantos, Madrid. Un año y medio después de jubilarme, los anteriores presidentes de la Plataforma y otras personalidades me animaron a implicarme, porque yo ya había participado en la creación de la Plataforma y entendía que podía aportar algo en este ámbito.

“Es fundamental mantener el diálogo y la reivindicación para asegurar los derechos de las personas mayores”

De hecho, la creación de la PMP fue una idea que yo animé mucho a realizar durante mi trayectoria en el Imserso, ya que consideraba necesaria la existencia de esta estructura representativa y participativa. Además, yo mismo soy una persona con discapacidad física y sensorial y he dedicado gran parte de mi vida laboral a los ámbitos de las personas con discapacidad mayores y de la dependencia.

¿Qué opinión tiene de la labor que viene realizando la PMP y qué aportaciones cree que puede realizar como presidente?

La PMP es una estructura muy potente, con grandes entidades fundadoras como Ceoma, UDP, Cermi, Conjupes… además de sus organizaciones asociadas, que se constituyen en un instrumento muy importante de interlocución con la sociedad, las estructuras civiles y los poderes públicos.

Soy consciente de que los planteamientos y propuestas que se van haciendo tardan en calar, pero pienso que es absolutamente necesario mantener ese diálogo permanente y ese tono de exigencia y reivindicación si queremos que las personas mayores tengan peso y presencia en una sociedad para todas las edades.

Jesús Norberto Fernández, presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP)
Fernández afirma que “no podemos permitirnos discriminación por edad en aspectos claves del estado de bienestar, como pensiones servicios sociales, cuidados y dependencia”. @ Gaby Soto.

A esto es a lo que me voy a dedicar durante los próximos dos años, pero, sobre todo, a continuar la labor de incidencia política que viene realizando la PMP, que creo que es la más difícil, tal y como se encuentra el complejo contexto político actual.

De todas maneras, nosotros estamos obligados a participar en todos aquellos proyectos normativos que se quieran llevar a cabo desde el Gobierno y que incidan sobre el bienestar y los derechos de las personas mayores y con discapacidad mayores. En este sentido, desde luego, son múltiples los frentes en los que actualmente debemos dejar oír nuestra voz.

¿Cómo espera fomentar y fortalecer el tejido asociativo de las personas mayores? ¿La PMP tiene intención de ampliar sus organizaciones asociadas?

Ampliar la base social y representativa de la PMP es un objetivo permanente. Mantenemos una interlocución abierta con otras entidades que podrían incorporarse como socios ordinarios o entidades adheridas. En ello caben tanto las organizaciones formadas por personas mayores, como todas aquellas trabajan para las personas mayores, como es el caso de la Fundación Pasqual Maragall, que se ha incorporado recientemente como socio adherido de la Plataforma.

Ejercemos una portavocía permanente para todas aquellas entidades y sensibilidades que nos representan. Eso a nosotros nos enriquece en cuanto a nuestro discurso y nuestras posiciones. Por otro lado, nuestra función es servir de palanca de apoyo para los planteamientos de todas esas organizaciones que por sí solas no alcanzarían tanto eco. Esa es otra tarea permanente de la PMP, multiplicar la fuerza de la incidencia y la sensibilización hacia toda la sociedad y los poderes públicos.

¿Cree que actualmente ese tejido asociativo goza de buena salud?

Creo que le hace falta más recorrido y más apoyos económicos. Las asociaciones de mayores tienen dificultades estructurales y logísticas. Es necesario que las Administraciones públicas apoyen el movimiento y lo financien adecuadamente.

En definitiva, se trata de que, a nivel estatal, autonómico y local, las Administraciones terminen de entender que se trata de una inversión en inclusión y en participación social. Estamos hablando de un grupo de población cada vez más mayoritario, que además tiene mucha experiencia; así como una fidelidad enorme al proceso democrático de este país; que cuida de sus entornos con conciencia ecológica; y que cuida de las familias.

“El sistema público debe garantizar la tranquilidad de los ciudadanos y revalorizarse para afrontar el encarecimiento de la vida y cubrir las necesidades básicas”

En este sentido, el envejecimiento de la población también es clave. En un par de décadas tendremos unas cohortes de ciudadanos, con una formación y un bagaje profesional y de formación muy importante, así que de alguna manera tenemos que revisar nuestros sistemas de protección y de participación ciudadana. Estratégicamente debe de producirse ya un giro definitivo, aprovechando lo que nos queda de década y la siguiente para dar un impulso decidido a las políticas de envejecimiento.

Últimamente el sistema público de pensiones se ve sometido a permanentes dudas sobre su sostenibilidad. ¿La PMP plantea alguna estrategia para evitar que se vea amenazado?

Es cierto que existe un discurso negativo, así que es necesario realizar mucha pedagogía intergeneracional. La idea de contrato generacional se debe tener clara en todas las franjas de la población. Por un lado, es evidente que debemos sostener el sistema público de pensiones y blindarlo en todo lo posible, estando atentos a cualquier tipo de desviación que pudiera producirse en cuanto a su concepto.

El sistema público debe garantizar la tranquilidad de los ciudadanos y revalorizarse para afrontar el encarecimiento de la vida y cubrir las necesidades básicas. Ese es un aspecto fundamental. El otro, como digo, es hacer pedagogía hacia la sociedad, porque este es un tema crucial para la sostenibilidad futura y atañe no solo a los pensionistas actuales sino a los que vienen detrás.

¿Qué retos inmediatos hay en cuanto a la atención a la salud de las personas mayores

Partiendo de la base de que las personas mayores son el gran cliente del sistema sanitario, deben revisarse sus estrategias en términos de este gran cliente, que además se caracteriza por padecer múltiples patologías. En el momento en que no hagamos una lectura sobre este tema a cualquier nivel de atención, ya sea primaria o especializada, no estaremos afrontando el gran reto que tenemos.

Es necesario intentar, mediante la financiación adecuada del conjunto de los sistemas autonómicos de salud y el apoyo del Ministerio de Sanidad, reforzar nuestro sistema sanitario, que en este momento está débil. Necesita inversión y mejoras en dotación de plantillas.

Jesús Norberto Fernández ha desempeñado diferentes cargos y subdirecciones generales dentro del Imserso, manteniendo permanente relación con el ámbito de las personas mayores

Por otro lado, el sistema sanitario debería afrontar con más decisión aspectos como revisar la cartera de prestaciones sanitarias e introducir elementos que demandan las personas mayores, como la salud bucodental y la mejora de los sistemas de rehabilitación, tanto en atención primaria como especializada hospitalaria.

Deben mejorar también las estrategias de coordinación sociosanitaria. Todavía en este país tenemos como asignatura pendiente el que podamos coordinarnos a nivel especializado, hospitalario y a nivel de atención primaria. Esta es una manera de optimizar los recursos, abaratar la respuesta y darle más eficacia e integralidad.

Asimismo, siempre hemos notado un déficit importante en los cuidados de corta y media distancia. Aunque ahora tenemos atendidos potencialmente los cuidados de larga duración, hay un vacío en lo que corresponde al sistema sanitario. Cuando una persona sale de un proceso agudo o recibe el alta y debe irse a casa, muchas veces vive sola o sin posibilidades de recuperarse y rehabilitarse adecuadamente. Es conveniente que estas personas pasen por dispositivos hospitalarios de segunda gama donde puedan hacer todos esos procesos de recuperación y mejora.

Estos problemas y muchos más deberíamos tenerlos en cuenta. Todo ello dentro de una concepción humana del trato y sin discriminación, porque en demasiadas ocasiones las personas mayores sienten que no son atendidas como otros tramos de la población.

Tenemos ejemplos terribles de discriminación por razón de edad en la atención sanitaria, como lo vimos durante la epidemia de covid. Hay que estar muy atentos y eliminar esas malas praxis que se dan en nuestro sistema sanitario y en otros ámbitos de la administración o de la sociedad en general.

En los mecanismos clásicos y claves del estado de bienestar, como pensiones, sanidad, servicios sociales, cuidados y dependencia, no podemos permitirnos estos niveles de discriminación por edad.

¿Qué falta por hacer en cuanto al problema de la soledad de las personas mayores?

Se trata de un problema global y poliédrico. En España, aunque los porcentajes son importantes, todavía no se ha alcanzado el nivel que tienen otros países nórdicos o anglosajones, donde puede haber un 50% de mayores de 65 años viviendo solos. Pero vamos hacia eso, por lo que tenemos que movernos rápido.

Puede haber debates sobre si es mejor una estrategia monográfica para las personas mayores o una estrategia transversal a lo largo de todas las edades, pero no debemos permitir que estos debates nos impidan afrontar lo que debemos hacer en este país.

Debemos tener todos los sensores en marcha, y esos sensores se activan principalmente a nivel municipal, muy próximo. Todo esto exige, lógicamente, financiación y estrategias claras. Invertir en ello evitará un gasto mayor en el futuro, ya que las consecuencias de la soledad pueden incluir mala alimentación, caídas, fragilidad, discapacidad y dependencia. Además, se ha demostrado que la soledad cursa con procesos depresivos y ansiosos que configuran cuadros auténticos de enfermedad mental. Por tanto, ya no debemos perder más tiempo en debates teóricos y debemos pasar a la acción.

 

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