David Casinos, atleta ciego y leyenda del deporte paralímpico
“Mis perros guía deberían haberme acompañado en el podio”
El mérito de numerosas grandes gestas no puede atribuirse, en exclusiva, a una sola persona. David Casinos, atleta ciego y leyenda del deporte paralímpico, dominador absoluto del lanzamiento de peso y disco, conquistó un total de cuatro medallas de oro y una de bronce entre los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000 y Río 2016. En su caso, no alberga la más mínima duda de que “en el podio, me deberían haber acompañado mis perros guía” puesto que “gracias a ellos, he podido desplazarme de forma segura hacia los entrenamientos y las competiciones”. Como reconocimiento a su inestimable labor, el valenciano ha compartido su experiencia junto a estos animales en el libro Guías hacia la luz, publicado recientemente
Por Nat Carrasco

David Casinos (Valencia, 1972) perdió la vista como consecuencia de una retinopatía diabética a la edad de 25 años. Pero la adversidad, a pesar de su dimensión, no fue para él una barrera insalvable. Más bien, todo lo contrario: la superó con creces hasta el punto de convertirse en una referencia del deporte paralímpico a nivel mundial.
De hecho, con cuatro oros paralímpicos consecutivos (tres en lanzamiento de peso, en los Juegos de Sidney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008, y otro más en lanzamiento de disco, en Londres 2012) y un bronce (en lanzamiento de disco, en Río 2016), además de otros triunfos tanto a nivel nacional como internacional, Casinos es considerado como el mejor atleta ciego de la historia en estas disciplinas deportivas.
Y, como no podía ser de otro modo, sus más de tres lustros de dominio absoluto le han reportado infinidad de momentos únicos e inolvidables. Uno de ellos procede, en concreto, de su primera experiencia paralímpica, en Sidney 2000, ya que, como explica a Perfiles, “hacía no mucho tiempo que había perdido la visión y llegar a unos Juegos es lo que todo deportista sueña”.
Pero, en su caso, el sueño no se apagó con su debut. También vivió un momento realmente especial en Pekín 2008, con el Estadio Nacional de la capital china “abarrotado”. Fue en la ceremonia inaugural de aquellos Juegos, en el conocido como ‘Nido de Pájaro’, donde Casinos llevó “la bandera de mi país como abanderado del equipo paralímpico español”.
Trainers paralímpicos
Sin duda, brillante es uno de los calificativos que encaja a la perfección con la trayectoria deportiva de David Casinos. Pero, en un momento determinado, ésta llegó a su fin acompañada de incertidumbre.
“Cuando yo me retiro, como nos pasa a muchos deportistas, te preguntas qué vas a hacer con tu vida”, confiesa. “Yo había sido agente vendedor de la ONCE y hubo un momento en el que me pregunté si volvería a serlo o no”, señala.
Sin embargo, encontró la forma de trasladar todo lo que había aprendido del deporte profesional tanto a su vida como a la de otras personas. Fue así como entró a formar parte del programa Trainers Paralímpicos, impulsado por Fundación ONCE y que busca visibilizar el talento y la experiencia de deportistas paralímpicos retirados o en activo, transformándolos en formadores y motivadores en distintos ámbitos sociales y profesionales.
“Aunque no siga vendiendo el cupón de la ONCE, me siento un embajador de la organización”
En el marco de esta iniciativa, Casinos se encarga de motivar a personas y equipos a superar barreras personales y profesionales; de transmitir valores del deporte aplicables al mundo laboral y social; y de inspirar con su historia de vida.
Y, por supuesto, también persigue fomentar una actitud positiva y proactiva. Su lema vital, sin duda, contribuye a ello: ‘Todos los días sale el sol, y si no sale… ya me encargo yo de sacarlo’.
En este sentido, David Casinos admite sentirse “muy contento con lo que estoy haciendo ahora con mi vida” y confiesa que “aunque yo ya no siga vendiendo el cupón de la ONCE o muchos otros productos, me siento un embajador de la organización”.
Otros proyectos
Pero hay mucho más en la vida de David Casinos. Y es que, actualmente, está involucrado en otros proyectos personales y profesionales. Por ejemplo, tras la retirada del deporte de élite, “fundé una empresa que se llama David Casinos Sports”, un proyecto de formación, motivación y coaching basado en su experiencia como atleta paralímpico y como ejemplo de superación personal.
“A través de esta empresa, hacemos que el deporte sea un medio para que la discapacidad tenga su lugar y para ayudar a muchos niños y niñas a vivir en la sociedad”, detalla. Y, además de todo ello, Casinos también explica que “también trabajo en medios de comunicación y visito muchos colegios como embajador del Levante Unión Deportiva”.
‘Guías hacia la luz’
Uno de los últimos proyectos en los que se ha embarcado David Casinos es el libro ‘Guías hacia la luz’, recientemente publicado y donde comparte, junto al periodista David Blay y la ilustradora Maru García, su experiencia con los perros guía.
“Todo el mundo sabe lo que es un perro guía, pero hay que contar todo: que en Boadilla del Monte tenemos una escuela, la Fundación ONCE del Perro Guía, que tiene 115.000 metros cuadrados; de dónde salen estos perros, qué se hace con ellos, qué pasa cuando se retiran…”, explica. “A través de mis ojos, de los ojos de ellos, yo quería rendir homenaje a los tres perros que han estado conmigo: Ximena, Farala y, ahora, Urano”, añade.
“Si alguien nos ha ayudado a que las personas ciegas podamos estar en las calles son nuestros perros guía”
Y, en la misma línea, destaca que “aunque en un momento se jubilan y se van de nuestras vidas, son nuestra familia y quería contar a través de un libro la movilidad que nos dan, cómo nos hacen vivir, cómo nos hacen llegar a nuestros objetivos”.
Hasta tal punto es importante la contribución de estos animales que David Casinos no duda en confesar que “tengo cuatro medallas de oro y una de bronce colgadas, pero en ese podio me deberían haber acompañado mis perros” porque “si he podido desplazarme, miles y miles de horas hacia los entrenamientos y hacia muchas de las competiciones internacionales que he hecho, ha sido porque los he tenido a ellos”.
Y no solo estima esencial su contribución en sus éxitos deportivos, sino también en su vida cotidiana. “Cuando mis hijos han sido pequeñitos, he podido llevarlos a la guardería con total seguridad gracias a ellos. Me han ayudado a continuar con mi vida y tener movilidad. Si alguien nos ha ayudado a que las personas ciegas podamos estar en las calles son nuestros perros guía”, subraya.
Preparación y educación
Pero, por supuesto, también alaba la preparación que reciben estos animales, en la escuela de la Fundación ONCE del Perro Guía, con instructores, con psicólogos caninos, con familias educadoras. “¡Esto hay que contarlo también!”, exclama convencido.
A este respecto, no titubea al afirmar que “sin las familias educadoras, no tendríamos perros guía”. Y, por ello, agradece “su generosidad y su ilusión al acoger a un perrito, a un ‘cachorrín loco’ de estos, para que poquito a poco vaya viviendo lo que será el entorno cuando salga a la calle”.
Y es que, según Casinos, “esta primera fase (con las familias educadoras) es fundamental, es la más valiosa de todas”, aunque tampoco desdeña la siguiente, cuando “ese perro entre en la escuela, tenga su formación con un educador canino y con un instructor”, ni la fase final, “cuando te llaman, tras una espera de cuatro o cinco años, y te dicen que te van a entregar tu primer perro”.
Recorrer el camino
Presentado el pasado mes de julio, Guías hacia la luz es, según Casinos, “un libro en el que contamos qué sucede (con los perros guía), en este caso, en mi figura, aunque es también lo que pasa a diario con muchos otros perfiles”.
Ahora, como expresa, “lo único que queda es recorrer el camino: que el libro caiga en muchas manos y que podamos contarlo a mucha parte de la sociedad” ya que “no tiene fecha de caducidad” y se centra en la historia “de una persona que perdió la visión, se afilió a la ONCE, fue agente vendedor del cupón y a la que el deporte llegó como una herramienta”. Se trata, en definitiva, como reconoce, de poder “alentar y motivar” a personas que “lo estén pasando mal” y hacerles ver que, “la vida te puede asestar un golpe duro”, pero es posible “tener una perspectiva, un propósito personal, deportivo, empresarial o muchos otros proyectos”.
Apoyo
En sus cerca de 30 años de existencia, la Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG) ha entregado más de 3.000 perros guía a unos 1.900 usuarios. Más del 35 % de ellos han renovado su perro guía a través de la Fundación tras la jubilación o fallecimiento de su anterior auxiliar.
Este repaso por nuestra historia no puede concluir sin el reconocimiento a la solidaridad de todas las familias educadoras de cachorros y cuidadoras de reproductores que han acogido a más de 4.000 perros de la Fundación. Sin su colaboración desinteresada y el tiempo y esfuerzo dedicados a nuestros perros nada de lo que hemos conseguido en estos 25 años habría sido posible. Desde aquí queremos mostrarles nuestra gratitud y cariño por esa insustituible labor.
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