Obesidad infantil
La pandemia del siglo XXI
La obesidad infantil es la pandemia del siglo XXI. Y no, no es un asunto solo de Estados Unidos, México o China. España es el cuarto país europeo (después de Chipre, Italia y Grecia) con más sobrepeso entre los niños de 6 a 9 años y el segundo (después de Chipre) en el caso de las niñas. Cuatro de cada diez menores de España tienen exceso de peso. ¿Tanto presumir de la dieta mediterránea? ¿Qué ha pasado para llegar a esta situación?
Por Carolina Martínez
Los menores con sobrepeso o con obesidad viven en un círculo del que es difícil salir: poco deporte, una alimentación de mala calidad y menos horas de sueño; un cóctel al que a veces se suma (y que es consecuencia también de lo anterior) una situación emocional complicada, ya sea con ansiedad, depresión o baja autoestima y aislamiento social. En la inmensa mayoría de los casos esta situación tiene una causa: la pobreza infantil. Los hogares con menos dinero y menor nivel educativo son también donde encontramos más infancia con sobrepeso. Para ellos, crecer de forma saludable es aún más complicado.
España ha aprobado el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil 2022-2030, acordado con múltiples asociaciones y que afecta a diversos ministerios, que plantea la hoja de ruta para el cambio en la próxima década, pero todavía no ha echado a andar.
Según el Ministerio de Sanidad, “estamos en la fase de arranque de la gobernanza del plan, configurando comités y las normas y acciones que se van a poner en marcha”.
El Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil 2022-2030 está aprobado, pero todavía no ha entrado en funcionamiento
El objetivo del plan es reducir el sobrepeso y la obesidad infantil y adolescente en España un 25% durante la próxima década. Recoge multitud de medidas, como abrir las instalaciones deportivas escolares fuera del horario escolar; impulsar la prescripción de ejercicio físico; garantizar la disponibilidad de agua en centros públicos y restauración; incrementar la densidad de fuentes públicas en pueblos y ciudades; establecer tarjetas digitales de ayudas alimentarias; regular el marketing de alimentos y bebidas o crear alianzas con influencers relevantes para la infancia y la adolescencia, entre otras muchas. Todas ellas esperan su puesta en marcha efectiva.
Pandemia
La pandemia solo vino a agravar este problema. Existen cada vez más indicios de que la covid empeoró las cifras de obesidad infantil, especialmente para niños, niñas y adolescentes en situación de mayor vulnerabilidad. La reducción de la movilidad y de la interacción social, el incremento del uso de pantallas, el aumento de consumo de alimentos con alto contenido en azúcares, grasas y sal, y la dificultad de acceso al sistema sanitario son algunos de los factores que intervinieron.
Niños gorditos y sanos
Los datos demuestran que la obesidad infantil se transmite en las familias desde las fases iniciales de la vida. Según los datos del Estudio Aladino 2019, los progenitores en España infraestiman de forma importante esta problemática: el 69,1% de los niños con exceso de peso son percibidos por sus progenitores dentro de un peso normal. La realidad, sin embargo, es que las consecuencias en la salud del sobrepeso de esos niños serán físicas (enfermedades cardiovasculares, diabetes, mayor riesgo de cáncer), mentales (baja autoestima, depresión o ansiedad) y sociales (estigma, discriminación o dificultades para relacionarse).
La Fundación Pau Gasol, que lucha contra la obesidad infantil, ha participado activamente en la elaboración del plan estatal. Paula Berruezo, coordinadora técnica de Investigación y Programas, comenta que el estilo de vida se ha deteriorado en los cuatro pilares: bienestar emocional, alimentación, ejercicio y sueño. “No se puede abordar el tema a nivel individual, sabemos que es mucho más complejo. Las condiciones de vida, la conciliación, el barrio, el acceso a actividades deportivas gratuitas, si hay parques, establecimientos de alimentación saludable… Lo que vemos es que cada vez hay una mayor distancia entre los menores que viven en el grupo económico más alto versus el menor, que es donde más se detecta esta patología”, explica.
El 69,1% de los niños con exceso de peso son percibidos por sus progenitores dentro de un peso normal
La organización considera indispensable establecer medidas estructurales y no individuales o familiares. Apuesta, por ejemplo, por abrir los patios de los colegios para actividades deportivas fuera del horario escolar y también por regular la publicidad de los productos no saludables.
Reacción desde el Gobierno
Precisamente, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, anunció recientemente que la regulación de esta publicidad es uno de sus objetivos prioritarios.
Su departamento, subrayó el ministro, ha “retomado” el real decreto para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas poco saludables dirigida al público infantil, bloqueado en la pasada legislatura por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Su segundo objetivo será mejorar el menú de los comedores escolares, para asegurar que a través de ellos se recibe una correcta nutrición. “Los poderes públicos deben garantizar el derecho a una alimentación variada y equilibrada, especialmente para las familias con menos recursos, e impulsar la equidad en salud”, añadió el ministro.
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