Javier Cercas, escritor y miembro de la Real Academia Española
“Soy totalmente ateo y, como el papa Francisco, soy anticlerical”
El escritor considera que “hay una parte del mundo que está girando en una dirección contraria a las ideas de Francisco”, y su sucesor León XIV, y cita como antagonistas a las corrientes hoy dominantes de líderes como Elon Musk, Javier Milei o Donald Trump, y del sector eclesiástico más ultraconservador que no comparte las decisiones del papa argentino. En su opinión, “los detractores de Francisco son muchos y muy poderosos, y desde luego sueñan con darle un giro a la Iglesia”, aunque pronostica que “no será fácil”. Cercas describe sus conversaciones con Francisco y su viaje con él a Mongolia en su último libro: ‘El loco de Dios en el fin del Mundo’ (editorial Random House).
Por Rafael Olea

Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) sostiene que “lleva especulándose desde hace mucho tiempo sobre el futuro que tomará la Iglesia tras el fallecimiento del papa Bergoglio”, y pronostica que “no va a ser fácil que el próximo papa deshaga lo que ha hecho Francisco, puesto que los cambios que ha imprimido a la Iglesia son profundos”. Además, anuncia que, aunque “los detractores de Francisco son muchos y muy poderosos, y desde luego sueñan con darle un cambio a la iglesia”, es “difícil” que pueda “producirse una revolución” tras el pontificado del papa argentino.
Sin embargo, reconoce que “hay una parte del mundo que está girando en una dirección contraria a las ideas de Francisco”, abanderadas por líderes como Donald Trump, Elon Musk o Javier Milei, quien tuvo algún fuerte desencuentro con el papa Francisco, así como por parte del sector más ultraconservador de la Iglesia católica.
Sin embargo, Cercas resalta un hecho que, en principio, garantiza la continuidad del legado de Bergoglio, como es que este nombrara a cerca del 80% de los cardenales con capacidad de elección de su sustituto. “Y los ha elegido para que continúen la línea que él ha iniciado”, precisa.
Bergoglio ha nombrado a cerca del 80% de los cardenales con capacidad de elección de su sustituto para continuar la línea que él ha iniciado
Además, describe a Jorge Mario Bergoglio como “un hombre de mucho poder, con dotes de mando que a veces se confunden con el autoritarismo”, el cual “tenía una idea muy clara de lo que debía ser la Iglesia”, y resalta el fuerte compromiso del pontífice argentino a favor de las personas más vulnerables. Sin embargo, advierte que Francisco solo aplicó sus reformas “hasta donde pudo”.
El escritor y académico de la Real Academia argumenta que, aunque “el papa pueda, en teoría, tomar las decisiones, en la práctica no era muy conveniente”, puesto que conocía “para qué está preparada la Iglesia y para qué no”. Es decir, mantiene la certeza de que Bergoglio tuvo la intención de haber impulsado más reformas en el seno de la Iglesia, pero echó el freno al entender que la Iglesia católica todavía no estaba lo suficientemente preparada para asumirlas.
“Todos venimos de Jerusalén y de Atenas, de Cristo y de Sócrates”
Javier Cercas también desvela “los dos problemas que Francisco consideraba más importantes dentro de la Iglesia: el clericalismo y el constantinismo”.
“Papa anticlerical"
Cercas describe a Bergoglio como “un papa anticlerical”, pues consideraba que “el clericalismo era el cáncer de la Iglesia y mataba la autenticidad del cristianismo”, al convertir la Iglesia en una estructura de poder en la que la institución se situaba por encima del servicio de ayuda a los débiles.
Además, subraya que Francisco consideraba que el constantinismo (en referencia a la unión de Estado-Iglesia que toma nombre del emperador romano que la emprendió) era el segundo de los grandes errores que marcaron la trayectoria de la Iglesia, tras el clericalismo, al constituir una “traición” al espíritu original del cristianismo, al pasar de ser una comunidad pobre y libre de fieles, a ser un instrumento de poder y vinculado a las estructuras de los estados.
“El cristianismo es una rebelión contra la muerte, y hay que estar un poco loco, o mucho, para creer esto”
Cercas precisa que comparte con Francisco que “el cristianismo no puede estar en el poder, es una religión subversiva, ya que cuando la religión se une al poder, se produce una catástrofe”. Ante ese constantinismo, y esa Iglesia a favor de los poderosos, el escritor reivindica la figura de Jesús, al que describe, “sin ninguna duda”, como “un revolucionario”, y pone como ejemplo su acción ante los débiles, ante el poder y también, ante los mercaderes del Templo de Jerusalén.
Visión misionera
En la visión de Francisco, según el escritor, primaba el compromiso “a favor de los pobres, alejado del poder, y la periferia”. De hecho, añade que fue “un hombre en permanente pelea consigo mismo, perfectamente consciente de sus propias flaquezas”, pero del que destaca “su visión misionera de la Iglesia y su disposición a dialogar con quienes no son cristianos, incluidos los ateos”.
Esto motivó que Francisco tuviera “una visión misionera de la Iglesia y una idea muy clara de cómo debía ser”. En la visión de Bergoglio sobre quién es un verdadero cristiano, “para él era el misionero que se va a ayudar a los pobres y los reprimidos en la otra parte del mundo”, opina. De hecho, el escritor incide en que el papa “quiso ser misionero en su juventud, algo que le impidió su mala salud, pues ya de joven le habían quitado un trozo de pulmón”, algo que derivaría en los problemas pulmonares que con el tiempo minaron su delicada salud.
Al fin del mundo
Javier Cercas se considera “un escritor que hace mucho tiempo cambió la fe por la razón y la literatura. Soy totalmente ateo y, como el papa Francisco, soy anticlerical”, y así lo testificó al representante del Vaticano que acudió a Turín para ofrecerle una sorprendente invitación “a la que ningún escritor puede negarse”: abrirle las puertas del Vaticano, permitirle dialogar abiertamente con el papa e, incluso, acompañarlo a un viaje al Lejano Oriente, a Mongolia, un país excomunista y de tradición budista que cuenta con menos de 1.000 católicos censados.
De esa experiencia y de las conversaciones con el pontífice surgió su última obra: El loco de Dios en el fin del Mundo (editorial Random House). El escritor afirma que tanto el papa como todos los miembros del Vaticano le permitieron “escribir con absoluta libertad de todo lo que quisiera”, destacando que era la primera vez que se abrían las puertas de la Santa Sede a un escritor y ateo.
Loco de Dios
Cercas explica que la primera parte del título, El loco de Dios, “obviamente es referente al papa Francisco, que ha sido el primero en muchos sentidos: el primer papa latinoamericano, el primer jesuita o el primero que se llama Francisco, obviamente por Francisco de Asís que se hacía llamar de esa manera —el loco de Dios—”.
La segunda, en el fin del mundo, es un referente a ese viaje al Lejano Oriente y porque “el papa también viene desde el fin del mundo”, como afirmó el propio Bergoglio a la multitud congregada en San Pedro tras su elección como papa en 2013. “Como ustedes saben, el deber del cónclave es elegir un papa y parece que mis hermanos cardenales han ido a encontrarlo casi al fin del mundo”, afirmó el pontífice.
“Bergoglio tenía una visión misionera de la Iglesia. Quiso ser misionero”
Javier Cercas recuerda con cierto humor que aquellas palabras de Bergoglio dieron lugar al que considera “el mejor titular de la historia del periodismo”, cuando “al día siguiente un diario gratuito colombiano tituló a toda página lo siguiente: Argentino, pero modesto”. Y en ese viaje a Mongolia, el escritor, ateo confeso por influencia de Nietzsche, se planteó cumplir una promesa que el escritor hizo a su madre: “Preguntar al papa si ella va a ver a mi padre después de la muerte”. “Ese”, precisa, “es el enigma central, la resurrección de la carne. Sin esa creencia no se es Cristiano, y lo dice San Pablo”.
Vida tras la muerte
“Lo que dice de verdad el cristianismo es que no morimos. El cristiano se niega a morir. Es una rebelión contra la muerte. Mi madre, a quién creía tan sumisa, no lo era. Decía que volvería a ver a mi padre”. Por ello, puntualiza que “el cristianismo es una rebelión contra la muerte, y hay que estar un poco loco, o mucho, para creer esto”. Además, mantiene que “la fe es un superpoder”, como demuestra que haya personas que vayan hasta el fin del mundo para ayudar a las personas más vulnerables.
“Para creer en lo que cree un cristiano, hay que estar un poco loco, y no lo digo yo, lo dice el papa Francisco”, afirma. Javier Cercas recuerda que creció en una familia católica y, pese a su ateísmo, valora la influencia del mensaje de Jesús: “Todos somos cristianos en alguna que otra medida. Todos venimos de Jerusalén y de Atenas, de Cristo y de Sócrates”.
El académico puntualiza que cuando Friedrich Nietzsche escribió que “un loco sale a la calle con un farol encendido gritando Dios ha muerto, Dios ha muerto... y nosotros lo hemos matado. La gente olvida que el loco está desolado, porque si Dios no existe, todo está permitido. Si no existe, como dice Iván en Los hermanos Karamázov `[obra de Dostoievski] la base de nuestra civilización ha dejado de existir. Todo está perdido”. Finalmente, y tras las conversaciones con el papa Bergoglio en El Vaticano y su convivecia en Mongolia, Cercas reconoce que “el ateísmo supremacista, que he practicado toda mi vida, se me ha pasado un poquito. A lo mejor lo he atenuado un poco”.
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