‘La conquista española olvidada’, obra de Manuel Trillo
La conquista que pudo cambiar la historia de España y Estados Unidos
España tuvo un papel clave en la independencia de los Estados Unidos, aunque su influencia suele quedar relegada en los libros de historia. La conquista española olvidada, obra de Manuel Trillo (ed. Crítica), rescata la audaz expedición que permitió que la bandera española ondeara sobre los Grandes Lagos tras conquistar un fuerte británico, y generar inquietud entre los ‘Padres Fundadores’ como Benjamin Franklin, ya que la naciente nación quedaba prácticamente rodeada de territorio español, lo que pudo haber limitado su expansión hacia el oeste.
Por Rafael Olea | Ilustración: José Ferrer-Clauzel
Cuando se habla de la historia de Estados Unidos, es común que la narrativa dominante resalte la influencia británica, francesa o incluso indígena. Sin embargo, se suele obviar que España desempeñó un papel crucial en el nacimiento e independencia de la que es hoy la gran potencia hegemónica. “De hecho, el 56% del territorio de los actuales Estados Unidos era España en el año 1800”, precisa el historiador e investigador del CSIC Manuel Lucena. Aunque la influencia hispana en la historia de la superpotencia esté adormecida en gran parte de la narrativa estadounidense –e, incluso, en parte de la española–, numerosas investigaciones comienzan a reivindicar el papel determinante que tuvo España para que se materializara la Declaración de Independencia, que celebrará 250 años el próximo 4 de julio de 2026.
En este contexto, el escritor y periodista Manuel Trillo (Valladolid, 1972) describe en La conquista española olvidada (Crítica) un hecho hasta ahora prácticamente desconocido que pudo cambiar la historia tanto de Estados Unidos como de España, puesto que la monarquía ilustrada de Carlos III llegó, en una audaz expedición, a remontar la orilla este del Misisipi hasta conquistar una fortaleza británica en la orilla de los Grandes Lagos, en lo que pudo ser el cénit de la expansión española en América.
Las consecuencias de esta victoria y de que ondeara el pabellón español en el lago Míchigan alertaron a Benjamin Franklin, que en ese momento se encontraba en París negociando apoyos para la naciente república americana. “El flamante inventor del pararrayos, a la sazón embajador de una república en ciernes que se hace llamar los Estados Unidos de América, lee con estupor: los españoles dicen haber conquistado un fuerte inglés junto al lago Míchigan y proclaman su soberanía en la región bañada por el río Ilinueses, al este del Misisipi. Toda una amenaza para el país que está a punto de nacer”, describe Trillo.
Su reacción fue inmediata: envió una carta al secretario de Estado avisando sobre el peligro de quedar encerrados entre los montes Apalaches y el Atlántico, al interpretar la acción española como una estrategia para limitar la expansión estadounidense hacia el oeste. “Y con razón, puesto que aquellos nacientes Estados Unidos estaban rodeados por el Atlántico, al este; los británicos, al norte en la actual Canadá; y los españoles al sur (Florida) y al oeste (Luisiana)”, advierte el autor.

La conquista española olvidada describe minuciosamente aquella epopeya de cerca de 120 milicianos al servicio de la corona española. La mitad de ellos eran indígenas aliados y muchos, como el jefe de la expedición, Eugene Pourée, de origen francés, pues ya vivían en La Luisiana cuando esta pasó de Francia a España en 1764. Era “un territorio descomunal”, destaca Trillo, que incluía toda la cuenca del Misisipi, desde el Golfo de México hasta el actual Canadá. Aquella expedición ascendió desde San Luis (entonces ciudad española) los ríos Misisipi e Ilinóis en pleno invierno hasta completar la conquista del fuerte británico Saint Joseph, a orillas del lago Míchigan y próximo a la ciudad de Chicago. Primero fueron en piragua, hasta que el hielo que cubría los ríos se lo impidió y tuvieron que avanzar a pie. Así hasta completar un trayecto de más de 800 kilómetros (220 leguas) en pleno invierno (el autor subraya el mérito de esta acción, y recuerda las grandes nevadas y heladas habituales en el norte y medio oeste de Estados Unidos). Tras esa odisea, finalmente y, contra todo pronóstico, conquistaron el fuerte británico y consolidaron la hegemonía española en el alto Misisipi.
Consecuencias
“La toma de este fuerte por parte de los españoles tuvo repercusiones estratégicas en la Guerra de Independencia de las Trece Colonias y derivó en una guerra global entre los tres grandes imperios del momento: Francia, España y Gran Bretaña, que provocó el nacimiento de los Estados Unidos de América”, precisa Trillo.
El autor subraya tres consecuencias fundamentales de que la bandera española llegara a ondear en los Grandes Lagos: “Sirvió, primero, para frenar la ofensiva que planeaba Gran Bretaña al año siguiente para barrer tanto a españoles como a rebeldes americanos de las orillas del Misisipi. En segundo lugar, consiguió demostrar a los pueblos nativos de la región del Alto Misisipi y de los Grandes Lagos cuál era la potencia hegemónica en aquel momento, España, y conseguir su lealtad, algo muy importante en aquel momento. Por último, permitió que continuara el flujo de suministros por parte de España a través del Misisipi de armas, municiones, dinero, pertrechos, etc. a los rebeldes de las Trece Colonias, y que permaneciera abierto un frente de la guerra al oeste que distrajera a los británicos de las acciones bélicas que estaban sucediendo en el este”.
“Aunque normalmente se conoce más la historia por grandes batallas como Yorktown o Saratoga”, señala Trillo, “para que sucedieran estas era preciso que ocurrieran otras muchas circunstancias a su alrededor”. En este sentido, subraya que “establecer un corredor a través del Misisipi y La Luisiana, ambos bajo administración española, fue un hecho que favoreció la independencia de los Estados Unidos, así como también lograr evitar un contraataque británico por el alto Misisipi tras la toma del fuerte San José”.
Sin embargo, este episodio, gestado por Francisco Cruzat, el teniente gobernador de la Alta Luisiana, y comandado por Eugene Pourée y sus soldados y milicianos, no derivó en una ocupación estable del territorio. Tras tomar posesión, la expedición española regresaría a La Luisiana. “La conquista condenó al fuerte San José y nunca más será utilizado como base contra los españoles o los americanos. Después de casi un siglo, la historia de este enclave religioso –fue una misión jesuita–, comercial y militar llegó a su fin.
Hoy apenas quedan breves recuerdos de él”, explica el escritor. Con el tiempo, aquella gesta invernal que permitió a la bandera española ondear sobre los Grandes Lagos, “se perdió prácticamente en el olvido”, lamenta Trillo. Sin embargo, subraya “la importancia de recuperar ese pasado español que tanta importancia tuvo en la configuración de los Estados Unidos”. El autor subraya que “la intervención española en la independencia de Estados Unidos fue determinante. Ciudades clave como Nueva Orleans y el control del Misisipi se convirtieron en puntos de suministro de recursos para los revolucionarios”.
“Posiblemente sin la ayuda española, Estados Unidos no hubiera logrado la independencia, como reconocían padres fundadores de esta nación, como Benjamin Franklin o George Washington”, precisa Manuel Trillo.
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