MSF alerta de una notable falta de protección y asistencia en la zona
La violencia destroza el sistema sanitario en Darfur Sur
La violencia, la inseguridad y el hambre están devastando el sur de Darfur (Sudán), según el último informe publicado por Médicos Sin Fronteras (MSF): ‘Voces del sur de Darfur’. El documento ilustra cómo el impacto de la violencia generalizada, un sistema sanitario en ruinas y una respuesta internacional inadecuada han llevado al límite las estrategias de supervivencia de la población.
Por Redacción

"Las voces y las historias de la gente reflejan el sufrimiento, el abuso y la crueldad que se siente en todas las comunidades de Darfur Sur, pero también la resistencia y la compasión de la gente", afirma Ozan Agbas, responsable de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sudán. "Con la protección civil colapsada y la ayuda humanitaria aún inadecuada, la población de este estado exige que se la escuche, atención y acción", añade.
En 2023, Darfur Sur sufrió con intensidad el conflicto con combates que destruyeron hospitales e infraestructuras vitales. La presencia humanitaria se desintegró a medida que se recrudecían los enfrentamientos. Aunque los combates terrestres en esta zona han cesado por ahora, la inseguridad persiste y la población sufre una violencia atroz en carreteras, tierras de cultivo, mercados y hasta en sus propios hogares. También son habituales los informes sobre detenciones arbitrarias, robos y saqueos. Los ataques aéreos y con aviones no tripulados siguen golpeando este estado y otras partes del país.
Desde entonces, la respuesta de las organizaciones internacionales y las agencias de la ONU ha sido escasa, inconsistente y ha tardado en llegar. Recientemente, se han observado algunos signos de mejora. Sin embargo, debido a las graves restricciones de acceso y más de dos años después del inicio del conflicto, los organismos de Naciones Unidas siguen sin estar sobre el terreno en Darfur Sur para dirigir y coordinar la respuesta y las ONG se mueven con cautela.
El informe también señala que, pese a las complejidades y los obstáculos, existen posibilidades y oportunidades para que las organizaciones humanitarias trabajen en el estado a través de asociaciones locales y modelos basados en la comunidad.
La violencia ha destrozado el sistema sanitario y la gente carece de una atención adecuada debido a problemas agravados por la guerra: las instalaciones han sido destruidas, dañadas o abandonadas; el personal sanitario ha huido o ya no recibe salarios; los suministros escasean; y la población lucha por costearse el transporte para llegar a lo pocos centros sanitarios operativos.
Violencia sexual
En Nyala, capital de Darfur Sur, MSF apoya al Hospital Docente de Nyala y al Hospital Rural de Kas. Actualmente, también asiste en la reconstrucción del Hospital Universitario de la ciudad. Cuando en 2024 los equipos de MSF llegaron al centro, se lo encontraron parcialmente reducido a escombros, con los tejados derrumbados, las paredes agujereadas por las balas y el material médico saqueado.
La ONG ha dado prioridad a los edificios que antes albergaban el banco de sangre, las salas de cirugía, las salas de hospitalización y el laboratorio. Si bien la situación ha mejorado, el informe advierte de que las altas tasas de ocupación de camas aumentan los riesgos de mortalidad si no se aumenta el personal. Asimismo, la probabilidad de que se propaguen infecciones entre los pacientes se eleva sustancialmente.
MSF ha habilitado clínicas de atención primaria y puestos de salud con especial foco en la salud sexual y reproductiva, dada que la violencia sexual está muy extendida en la región. Sólo entre enero de 2024 y marzo de 2025, MSF atendió a 659 supervivientes, donde el 56% de ellas fueron agredidas por no civiles.
"Cuando las mujeres intentan salir del campo a cultivar... pegan, torturan... No hay forma de salir... La hija de mi tía fue violada por seis hombres, hace sólo seis días... Me siento insegura porque si salgo me violarán”, explicó en noviembre del año pasado una mujer de 25 años de Darfur Sur que vive en un campo de desplazados.
Desnutrición
La inseguridad se entrelaza con el hambre, ya que la amenaza de la violencia ha cortado el acceso a las tierras de cultivo y a los ingresos. "Nuestras granjas están completamente destruidas, no tenemos nada. Mataron a mi marido hace cuatro meses. Ahora no tenemos nada", dijo a MSF una desplazada interna de 21 años en la localidad de Beleil. "Llevo tres días sin comer nada... No sé qué me pasará de camino a casa. Tengo miedo, porque los que mataron a mi marido quizá me hagan lo mismo a mí".
Entre enero de 2024 y marzo de 2025, MSF apoyó programas en Darfur Sur que trataron a más de 10.000 niños menores de cinco años con desnutrición aguda y proporcionaron tratamiento nutricional a miles de mujeres y niñas embarazadas y lactantes desnutridas.
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