Según un estudio realizado la Fundación Mutua de Propietarios con la colaboración de Cocemfe
El 77% de los mayores con movilidad reducida se enfrenta cada día a barreras arquitectónicas
Casi ocho de cada diez personas mayores de 65 años con movilidad reducida (el 77%) se topan a diario con barreras arquitectónicas que dificultan su desplazamiento y afectan directamente a su vida social (68%), al ocio (52%) y a las tareas domésticas (44%). Así lo revela el estudio “Sumando Voces”, elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios en colaboración con Cocemfe.
Por Bárbara Guerra
El informe analiza la realidad de más de 1,6 millones de españoles mayores de 65 años con discapacidad física y orgánica, poniendo el foco en cómo el entorno condiciona su día a día. Según el estudio, el 78% de estas personas ha tenido que renunciar a planes con amistades por la falta de accesibilidad en su entorno. Esta misma situación se repite en el ámbito familiar (77%) y en el vecindario (51%).
“En una sociedad envejecida con una esperanza de vida creciente, la accesibilidad sigue siendo una asignatura pendiente en nuestro país que condiciona de forma importante la vida cotidiana de las personas mayores”, afirma Cristina Pallàs, directora de la Fundación Mutua de Propietarios.
Los mayores valoran su autonomía con una media de 4,92 sobre 10, una nota que evidencia la urgencia de eliminar barreras arquitectónicas. Solo una de cada cuatro viviendas (27%) donde residen personas mayores con movilidad reducida está completamente adaptada a sus necesidades, lo que limita gravemente su independencia.
Las tareas domésticas son uno de los ámbitos donde más se refleja esta falta de adaptación. El 47% de los encuestados declara no poder realizarlas por sí mismo, y un 27% lo hace con gran dificultad. Además, un 35% no puede cocinar sin ayuda y un 20% afirma que no puede llevar a cabo acciones básicas de autocuidado, como la higiene o la toma de medicación.
“Las personas mayores con discapacidad física y orgánica viven situaciones de discriminación múltiple, derivadas no solo de la edad y la discapacidad, sino también de un entorno físico, social y económico que no responde a sus necesidades”, asegura Anxo Queiruga, presidente de COCEMFE, quien subraya que "las barreras físicas y la falta de apoyos adecuados limitan su autonomía y su calidad de vida”.
El estudio también revela una fuerte dependencia del entorno más cercano. El 75% de los mayores recibe apoyo de un familiar o amigo con quien convive, el 34% recurre a personal externo remunerado y el 11% cuenta con ayuda de familiares que no viven en el mismo hogar. Un 5% no dispone de ningún tipo de ayuda y solo un 4% accede a Servicios Sociales.
Para Queiruga, “este estudio evidencia que impulsar la accesibilidad universal y los apoyos profesionales y comunitarios debe ser una prioridad inaplazable en la agenda social y política para que las personas mayores puedan vivir con la mayor independencia y dignidad posible”.
Cristina Pallàs concluye: “El papel de la familia y los amigos es fundamental para que las personas mayores con movilidad reducida mantengan su autonomía y su participación en la sociedad, pero este esfuerzo no puede recaer únicamente en el entorno más cercano. Es necesario un compromiso colectivo para transformar viviendas, edificios y ciudades en espacios accesibles, seguros y libres de barreras arquitectónicas que garanticen la plena inclusión de las personas mayores y mejoren su bienestar y calidad de vida”.
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