“Desde llevar agua y pañales a quienes lo necesitan, hasta pasar la tarde y acompañar a las familias de personas con TEA u otros trastornos del desarrollo. Se hace de todo", señalaron desde las entidades. El director de Diseño y Desarrollo de Apoyos de Fundación Mira’m, Manuel Martín, explicó a Servimedia que organizan a los voluntarios mediante un grupo de WhatsApp.

“Hemos habilitado canales para que las personas interesadas en colaborar se apunten”, añadió, “indicando siempre su lugar de residencia y disponibilidad. En función de las necesidades que nos trasladan las familias y las entidades, y teniendo también en cuenta el lugar de residencia de cada cual, intentamos facilitar que los voluntarios disponibles se pongan en contacto con ellas”.

Dijo que, de momento, colaboran alrededor de 300 voluntarios, "pero esto cambia día a día”, por lo que agradeció la implicación de tantos vecinos y vecinas anónimos. La colaboración llega a perfiles y situaciones de distinta índole. “Desde una familia con un niño autista y otro recién nacido que precisa pañales y no puede salir a comprarlos, a personas que requieren garrafas de agua, medicinas o alimentos”, detalló, sin olvidar "los problemas de conducta y las crisis de estrés y de ansiedad que muchas personas con TEA están experimentando”.

“Hemos habilitado canales para que las personas interesadas en colaborar se apunten”

“El hecho de ver alteradas sus rutinas” puede dar lugar a comportamientos y conductas muy desajustadas”, prosiguió, "que de hecho ya nos están reportando varias familias. Para estos casos, disponemos de los propios profesionales de Fundación Mira’m y de voluntarios bien formados que se desplazan a los domicilios de la familia y les ofrecen acompañamiento”. Se trata de ofrecer “un respiro durante unas horas a la familia” y “de ayudar a la persona a regular sus emociones” si lo necesita, aclaró. Miembro de Plena inclusión CV, Fundación Mira’m está especializada en el apoyo a personas con TEA y sus familias, por lo que cuenta con profesionales y con personal voluntario bien preparado para ello. Dispone de dos centros situados en Gandía y en Valencia capital, que no han sufrido daños.

Ayudar a entender

Martín subrayó como este tipo de situaciones y de catástrofes, “por definición imprevistas”, pueden generar crisis de ansiedad y de estrés en personas con autismo o con otros trastornos del desarrollo, sobre todo, si tienen discapacidad intelectual asociada. No solo pierden sus rutinas y terapias habituales, explicó, sino que “deben pasar mucho tiempo en sus casas” y enfrentarse a “una realidad que no entienden”.

En esta línea, destacó como, “desde todas las partes de España, profesionales y voluntarios nos están haciendo llegar materiales adaptados para ayudarnos en esta labor”. Como ejemplo, citó “el envío online de una serie de pictogramas para explicar qué es una DANA y cuáles son sus efectos”. Las adaptaciones a lectura fácil o mediante pictogramas “resultan de gran ayuda para estos casos y nos están llegando de todas partes”, indicó.

Por último, declaró que “se está haciendo un inventario con las necesidades de material que nos comunican las entidades para canalizar la ayuda” que se ofrece a nivel nacional. “Nos están ofreciendo de todo”, afirmó, pero “ahora mismo debemos establecer prioridades para evitar el riesgo de que las entidades se saturen si reciben más ayuda de la que pueden gestionar”