Vânia de la Fuente-Núñez, experta internacional en envejecimiento saludable y edadismo

“El edadismo está asociado a una peor salud física y mental”

El edadismo tiene un impacto negativo en nuestra salud y puede derivar en una peor calidad vida de las personas afectadas por este sesgo de edad, sobre todo durante la vejez. Según esta experta, responsable durante más de cuatro años de la campaña contra el edadismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y galardonada por la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), en estas etapas de la vida, al no tener un rol profesional activo, se tiende a subestimar su contribución y relevancia social.

Por Blanca Abella

16/01/2025
Vania de la Fuente.

El edadismo surge cuando se utiliza la edad para clasificar y dividir a las personas de una forma que comporta un daño, desventaja o injusticia. A menudo se relaciona únicamente con las personas mayores, ¿ocurre esta confusión por ser este sector de edad el más afectado por el edadismo?

Creo que existe esta confusión porque comúnmente se ha usado el término ‘edadismo’ para referirse a los sesgos que sufren las personas mayores por su edad, pero si te fijas, la propia palabra ya indica que es el ‘ismo’ que nos perjudica en base a nuestra edad. Lo que vemos es que, si bien es cierto que lo podemos sufrir en cualquier momento a lo largo de la vida, el edadismo suele perjudicarnos especialmente en la juventud y luego otra vez en la vejez. En Europa, una de cada tres personas reportan haberlo sufrido, sobre todo mayores y jóvenes. Esto significa además que cada persona puede sufrirlo múltiples veces en su vida.

¿De qué manera afecta el edadismo a las personas mayores y cómo ha evolucionado su incidencia?

No podemos hablar de cómo ha evolucionado su incidencia ya que lamentablemente no existen estudios longitudinales que hayan medido cambios a lo largo del tiempo de manera directa. Algunos estudios indirectos que han medido, por ejemplo, la evolución del lenguaje (inglés), sí han encontrado que los estereotipos etarios han pasado a ser más negativos en los últimos 200 años, con un cambio agudo aproximadamente a partir del año 1880. Lo que sí sabemos es que el edadismo tiene un impacto negativo en nuestra salud y bienestar en la vejez. Está asociado a una muerte más temprana, peor salud física, peor salud mental, menor calidad de vida, etc.

"El valor desmedido que se otorga al trabajo reduce nuestra identidad a nuestra función profesional"

Los efectos del edadismo en la población joven los conocemos menos y esto es porque apenas se han estudiado. Es crucial que instemos a que se realicen más estudios en este campo.

El edadismo, ¿es una realidad novedosa o solo somos conscientes ahora?

No es algo nuevo. Simplemente es algo que hemos ignorado y aceptado socialmente. Es muy posible que esto se deba a una confluencia de factores. Por un lado, porque son precisamente las personas jóvenes y mayores las que ocupan un estatus más bajo en la sociedad y esto hace que se invisibilicen sus problemas o se le reste importancia a las desventajas que sufren. Por otro lado, hasta finales del 2022 no se había incorporado la palabra ‘edadismo’ a nuestro diccionario. No tenerla en el vocabulario era un obstáculo importantísimo ya que las palabras nos permiten describir la realidad. No tener una palabra es como decir que una realidad no existe.

Vania de la Fuente.
© Marcos Hervás.

Y es verdad que hasta que lanzamos el Informe Mundial sobre el Edadismo de las Naciones Unidas en 2021, no teníamos una evidencia consolidada y aplastante que nos hiciese imposible seguir mirando hacia otro lado.

¿De dónde y de quiénes proviene el edadismo que tanto segrega?

Todos somos edadistas y no me canso de decirlo porque creo que tenemos que ser conscientes de ello para empezar a cambiar las cosas. Sí que es verdad que ciertos perfiles tienen más probabilidades de serlo. Por ejemplo, vemos que los hombres y las personas que tienen menor nivel educativo y mayor temor a la muerte tienen mayor predisposición de ser edadistas hacia las personas mayores. También vemos que las personas que saben más acerca del envejecimiento y los diferentes grupos de edad, y las que tienen más relación con personas de diferentes edades tienen menor probabilidad de ser edadistas tanto hacia gente joven como mayor.

"Si queremos acabar con el edadismo, tenemos que evitar el uso de etiquetas"

Las propias políticas o normas, en su necesidad de clasificar a los destinatarios, ¿podrían llevar al edadismo?, ¿se puede caer en edadismo con buenas intenciones?

Desde luego que sí. Las políticas y normas a menudo son edadistas y no necesariamente intencionadamente. Por ejemplo, la jubilación obligatoria a una edad determinada nos está diciendo que con 64 años somos capaces de desempeñar nuestro trabajo pero que el día que cumplamos 65 algo ha cambiado y no debemos continuar. De la misma manera, las políticas que segregan exclusivamente por edad suelen carecer de sentido. ¿Por qué establecer programas diferenciados solo para personas de una edad específica, cuando en realidad las necesidades individuales pueden variar significativamente dentro de un mismo grupo etario y cuando surgen múltiples beneficios cuando propulsamos la diversidad etaria? Un problema añadido de las prácticas institucionales edadistas es que, por lo general, llevan instauradas tanto tiempo que la gente es incapaz de ver las injusticias inherentes a las mismas.

La sociedad actual, el consumismo, el egocentrismo, ¿conduce o favorece el edadismo?

Posiblemente sí. Una de las cosas que sabemos que frena el edadismo es la empatía, que justamente lucha contra ese egocentrismo. Actividades como los juegos de rol o la realidad virtual que nos permiten ponernos en la piel de una persona de una edad diferente a la nuestra, la fomentan y ayudan a reducir el edadismo.

Otro factor que contribuye es el valor desmedido que se otorga al trabajo y al rol que desempeñamos en el mercado laboral. Esto ha reducido nuestra identidad casi exclusivamente a nuestra función profesional, hasta el punto de que consideramos, socialmente, que el valor de una persona disminuye si carece de un rol laboral. Es probable que esta perspectiva haya contribuido a que jóvenes y mayores, quienes suelen encontrarse fuera del ámbito laboral o tener una situación más precaria, sean quienes tengan menor estatus social y quienes padezcan con mayor frecuencia el edadismo. En estas etapas de la vida, al no tener un rol profesional activo, se tiende a subestimar su contribución y relevancia social.

Hoy en día está de moda poner etiquetas, hacer listas, formar grupos, seguir en redes a unos y no a otros... eso nos organiza, pero ¿nos hace menos flexibles y tolerantes?

Como comento en la Trampa de la Edad, el libro que acabo de publicar, los seres humanos tomamos las etiquetas como invitaciones a categorizar. Suponemos que, si se pone la misma etiqueta a un grupo de individuos, estos deben compartir algo esencial. Y cuanto más se usa una etiqueta, más nos fijaremos en ella y la usaremos. Los sesgos etarios no surgen porque existan diferencias perceptibles entre personas, sino porque le damos importancia y significado a la categoría de edad. Si queremos acabar con el edadismo, tenemos que evitar el uso de etiquetas.

 

Continúa Leyendo

Teresa Perales.
Sociedad

Teresa Perales iguala el número de medallas de Michael Phelps

Por Redacción

Leer artículo: Teresa Perales iguala el número de medallas de Michael Phelps
San Vañentín
Cultura

¿Por qué se celebra San Valentín cada 14 de febrero?

Por Lidia Rossi

Leer artículo: ¿Por qué se celebra San Valentín cada 14 de febrero?
Luciano Poyato, presidente de la Plataforma del Tercer Sector.
Opinión

Hacia un Tercer Sector más cohesionado y con más impacto

Por Redacción

Leer artículo: Hacia un Tercer Sector más cohesionado y con más impacto
Un niño es explorado por los hermanos Martín Portal en el hospital St. Francis Xavier de Foso.
Sociedad

La vida tras el silencio

Por Blanca Abella

Leer artículo: La vida tras el silencio