Decedario cuenta con ejercicios de estimulación cognitiva personalizarlos
Reaprender lo aprendido
Diana de Arias es una joven emprendedora con discapacidad a la que la vida puso en un brete con 23 años. Un ictus hizo que tuviera que empezar de cero. Pero luchó por recuperarse, lo hizo, se reinventó y creó Decedario, una metodología de estimulación cognitiva a través del juego que ha ayudado a más de 140.000 personas a mejorar su calidad de vida. Gracias a él, forma parte del 9,4% de mujeres con discapacidad que trabajan en España por cuenta propia, según recoge Odismet, el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de Fundación ONCE (‘www.odismet.es’).
Por Patricia Encinas
Sabido es que la vida cambia de un momento a otro. A veces, incluso en un minuto, y otras en segundos. Esta afirmación, aun cuando siendo cierta, es más difícil de asumir para una persona joven, porque en ese periodo de la vida uno piensa que lo malo solo le pasa a los demás. Diana de Arias lo sabe por experiencia, y es que con tan solo 23 años supo lo que significa pasar de ser una estudiante de Erasmus, a verse en una silla de ruedas sin poder moverse, hablar o comer.
Un ictus tuvo la culpa, una dolencia tradicionalmente asociada a las personas mayores, pero en la que hay excepciones a la regla. Diana lo es. “Un día, de repente, empecé a encontrarme mal, fui al hospital y acabé en una operación de vida o muerte que me dejó un Daño Cerebral Adquirido contra el que sigo luchando”.
“Con tan solo 23 años me enfrenté al mayor reto de mi vida-explica-. Tuve que volver a aprender a comer, andar, escribir, e incluso, a recuperar mi voz. Tuve que empezar de cero” y todo esto, añade Diana “me dio la oportunidad de entender las cosas importantes de la vida”.
Esta joven, lejos de achantarse ante la adversidad trabajó de manera intensa en su recuperación y como fue más rápida de lo inicialmente previsto “le dije a mis padres que quería volver a la universidad para finalizar mis estudios y lo conseguí”. Tal y como detalla la joven, “durante mi recuperación trabajé con equipos multidisciplinares de especialistas y nos dimos cuenta de que los juegos genéricos presentaban muchos problemas de diseño, usabilidad y claridad, al igual que las fichas de estimulación cognitiva que, además, reducían drásticamente mi motivación”.
Por esta razón, -continúa- “los especialistas siempre tienen que adaptar estos materiales o invertir mucho tiempo creando nuevos ejercicios de estimulación cognitiva para personalizarlos a cada paciente o alumno. Por ello desarrollé el método Decedario con miles de juegos cognitivos para mi recuperación y los resultados fueron tan positivos, que lo quise compartir con todas las personas que lo necesitaran”. Este fue el germen de su iniciativa (‘www.decedario.com’), con la que ha conseguido solucionar el sobresfuerzo de los profesionales del ámbito clínico y educativo para que trabajen de forma más eficiente.
El empleo de las mujeres con discapacidad sigue siendo tarea pendiente
Además, ha creado un programa dirigido a las familias ‘Decedario Gym; tu gimnasio cognitivo de en casa’ con el que los especialistas del equipo Decedario forman a las familias, las guían y diseñan planes de entrenamiento semanales personalizados a las necesidades particulares. Lo hace a través de sesiones de seguimiento online que se adaptan a su disponibilidad para trabajar todos los músculos del cerebro de forma divertida y en familia, y potenciar así la rehabilitación o el mantenimiento de las capacidades cognitivas en todas las edades con dificultades derivadas del autismo, la hiperactividad, trastorno del lenguaje, dislexia, síndrome de Down, y alzhéimer, entre otras.
“Hoy puedo decir que Decedario se ha convertido en una herramienta imprescindible para profesionales y familias dentro del ámbito clínico y educativo que actualmente está ayudando a miles de niños, niñas y adultos, en España y Latinoamérica” se muestra satisfecha Diana.
Gracias a esta iniciativa, Diana forma parte del 9,4% de las mujeres con discapacidad que trabajan en España por cuenta propia, según datos de la última de Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (EDAD), recogida por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de Fundación ONCE (‘www.odismet.es’), Odismet.
El 58,6% de las personas con discapacidad en España son mujeres y el 18,8% no superan los estudios primarios
En este sentido, reconoce que “en el viaje al emprendimiento lo más difícil ha sido enfrentarme a prejuicios tanto míos, como de la sociedad, pero he tenido la suerte de contar con el apoyo de Fundación ONCE, que ha supuesto un pilar fundamental para el desarrollo de todo este proyecto, que acaba de ser reconocido con un premio de la revista Emprendedores, algo que creo puede servir para que otras mujeres con discapacidad se animen a mejorar su vida a través del emprendimiento”.
Mujer con discapacidad y empleo
El empleo de las mujeres con discapacidad sigue siendo una cuenta pendiente. Según refleja la EDAD 2020, el 58,6% de las personas con discapacidad en España son mujeres. Su proporción aumenta con la edad, pasando de representar el 34,1% en el tramo de 2 a 15 años, al 69% en los mayores de 85 años.
Tal y como señalan los datos del empleo de las personas con discapacidad del INE, recogidos por Odismet, observatorio cofinanciado por la Unión Europea, la relación de las mujeres con discapacidad y el mercado de trabajo está marcada por su alto porcentaje de inactividad (un 65,4%), 2,2 veces superior al de las mujeres sin discapacidad.
Cuentan con una tasa de actividad del 35,3% de empleo del 27,1% y de paro del 23%, es decir, 37,5 puntos menos que la actividad mostrada por las mujeres sin discapacidad, 33,6 puntos menos en su tasa de empleo y hasta 6,3 puntos más de paro. En cuanto al salario medio de la mujer con discapacidad es de 2.758,5 euros menor al percibido por el varón y un 14,7% menor que las mujeres sin discapacidad.
Asimismo, entre las mujeres con discapacidad hay diferencias que acentúan sus dificultades laborales como en el caso de las más jóvenes cuya contratación representan solo el 6,8% (frente al 8.4% para varones o el 20% entre las mujeres jóvenes a nivel de población general).
Aunque son los contratos con menores niveles formativos los que suman mayor volumen de contratación, las mujeres con formación superior logran el 5,5% del total de los contratos a mujeres con discapacidad y los varones el 5,4%. Para el caso de población general, las mujeres universitarias alcanzan el 13,6% y los hombres el 6,6%.
En general, el 18,8% (5,8% mujeres sin discapacidad) de las mujeres con discapacidad no supera los estudios primarios, el 59% tiene estudios secundarios, mientras que la formación superior solo la alcanzan el 22,2%, la mitad del nivel mostrado por las mujeres sin discapacidad (41,2%).
Diana de Arias ha demostrado con su tesón, generosidad y capacidad de recuperación y esfuerzo que se puede. Ella es un acicate para que otras mujeres con discapacidad que forman parte de la radiografía del mercado laboral anteriormente descrito, contemplen el autoempleo como forma de vida posible y no sólo eso, también satisfactoria tanto personal como económicamente.
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