La artista iraní, todo un icono del noveno arte y de la lucha de los derechos de las mujeres, ha creado un cómic colectivo, que toma su título del lema del movimiento Mujer, Vida, Libertad, en el que no solo narra la historia de la revuelta, sino que aborda el tema del feminismo iraní casi desde sus orígenes, desde un personaje mitológico, Anahita, o la emperatriz Purandojt, hasta mujeres del siglo XX, como la militar Bibi Mariam Bajtiari o la poetisa de los años cincuenta Forough Farrojzad, sin olvidarnos, cómo no de Mahsa Amini.

Con la inestimable ayuda de Farid Vahid, politólogo y especialista en Irán de la Fundación Jean-Jaurès; Jean Pierre Perrin, durante muchos años enviado especial a zonas de conflicto del periódico Libération y en la actualidad colaborador de Mediapart y, por último, del profesor Abbas Milani, historiador y director de Estudios Iraníes de la Universidad de Stanford, y junto con el trabajo de una veintena de talentosos dibujantes, entre los que figuran los españoles Paco Roca y Patricia Bolaños, la autora crea una obra descomunal sobre Irán.

“Se trata de explicar lo que pasa en Irán, descifrar los hechos con su complejidad y sus matices para unos lectores no iraníes”, aclara la autora en su prólogo, justo antes de afirmar que otro de sus objetivos es “mandar un mensaje a los iraníes para recordarles que no están solos. Está claro que los políticos de todo el mundo no son más que políticos, está claro que no van a hacer nada por el pueblo iraní, pero la sociedad civil de Occidente sí que se ha puesto de su parte”.

Colaboración española

Mujer Vida Libertad ha contado con la colaboración de dos ilustradores españoles. Patricia Bolaños y Paco Roca, este último con quien ‘Perfiles’ ha hablado. En cuanto a su participación en Mujer Vida Libertad, “al aceptar la propuesta de Satrapi, a quien admiro, me pusieron en contacto con varios periodistas expertos en el tema, así como con politólogos. Esta es una de las claves para que la historia funcione, no quedarse solo en la información a la que uno puede acceder, especialmente, en el caso de un tema como este, alejado de tu contexto cultural y geográfico, para evitar caer en el estereotipo”.

Para el artista, esta colaboración “ha sido una gran oportunidad poder utilizar el cómic para algo más que un puro entretenimiento. Es una buena herramienta para explicar temas, a veces más complejos, que te pueden llevar a una reflexión. Incluso, a utilizarlo desde la no ficción, unirlo más al periodismo o al reportaje que a la ficción. Tratar un tema de las libertades, en general, y de las libertades de las mujeres en particular en Irán”.

Roca cree, además, que el cómic es una forma muy adecuada para tratar ciertos temas: “Debido a la saturación de la prensa, a veces, tenemos un escudo ante determinadas noticias. A través del cómic, podemos hacer más accesible esa información ya que llegamos de otra manera más emotiva al lector y así provocar una mayor reflexión”, asegura el autor. “Todos los cambios sociales vienen de abajo arriba; esa revolución del poco a poco es la que se convierte en imparable, cuando toda una sociedad contagia esa idea de libertad. Al final, esa revolución va a conseguir cambiar el gobierno en Irán”, augura el ilustrador.

Participación con dos historias

Paco Roca ilustra dos historias en el cómic, con guiones de Farid Vahid y Jean-Pierre Perrin. La primera se centra en el punto de vista de los estudiantes, en las mujeres que tienen un acceso muy limitado a la universidad. “Los expertos con los que me reuní me hablaron de la segregación en la universidad a la hora de comer, ya que hombres y mujeres no pueden comer juntos en la cafetería. Como no podían hacerlo, comieron juntos en el jardín de la propia universidad. Con esto, quiero decir que cada acto pequeño es importante. Cada uno tiene sus propias batallas. Esta victoria poética me parecía bonita para contar”, narra Roca.

La segunda participación cuenta la historia de un participante en una de las manifestaciones feministas, que acaba detenido y ejecutado. “Quería resaltar cómo el gobierno de Irán considera como mártir a los que mueren por la patria, según ellos, pero no a quienes luchan por la libertad en su propio país”, aclara Roca.

El nacimiento de un lema

La obra de Satrapi nos lleva de viaje hacia ese fatídico 16 de septiembre y cómo surgió el lema Mujer Vida Libertad, adoptado por la multitud iraní, y cómo actúa la represión del Gobierno, además de recordar al lector que no se trata solo del movimiento feminista, sino de “la libertad de poder bailar por la calle, de no tener miedo a darse un beso, del deseo de una vida normal, por los y las estudiantes, por las mentes brillantes encarceladas, por ese paraíso que quieren imponernos o por la chica que soñaba con ser un chico”.

A todos aquellos manifestantes, artistas y políticos que alzaron la voz se les retuvo en la cárcel de Evín. “Un centro de siniestra reputación, espejo del horror del régimen”, comenta la autora, en cuyos pabellones “exentos de todo control, sufren humillaciones, violaciones y torturas hasta que aceptan firmar confesiones falsas”. Eso no quita que, como Satrapi afirma orgullosa, la juventud no se amilana y “organiza grandes manifestaciones en los centros universitarios y escolares. A pesar de las coerciones y la crueldad del régimen, los jóvenes iraníes, conectadísimos y progresistas, se sitúan a la vanguardia del combate por la libertad y la democracia”.

Pero la lucha por la libertad tiene un precio. “Mohsen Shekari, de 23 años, Mayidreza Rahnavard, de 23 años, Mohammad Mehdi Karami, de 22 años, y Sayed Mohammad Hosseini, de 39 años, fueron ejecutados por su participación en el movimiento de protesta”, reza el libro. “Los condenaron a la pena capital (ahorcados) después de simulacros de juicios falsados a partir de confesiones obtenidas bajo tortura y de pruebas fraudulentas”. Los dibujos en estas páginas conmueven, hacen daño, llegan al alma.

Tanto como las que tratan el capítulo sobre las estudiantes envenenadas. Satrapi recuerda en Mujer Vida Libertad que “miles de chicas, alumnas de centenares de centros educativos de todo Irán, han sido víctimas de envenenamiento por gas desde noviembre de 2022”. La autora afirma que “no se ha descubierto al autor de las intoxicaciones” pero que “se sospecha de las autoridades, que lo habrían hecho para instaurar un clima de miedo con el objetivo de frenar el movimiento de protesta”.

Como denuncia Satrapi, “espiados, filmados, fotografiados, seguidos y amenazados, los iraníes se encuentran siempre bajo la presión de las autoridades. Esta guerra orwelliana utiliza una tecnología y unos métodos de manipulación sofisticada”.

Un movimiento que ha tenido hasta un himno, Baraye, del cantante iraní Shervin Hayipur. Esta canción se hizo a partir de tuits con las reivindicaciones de los manifestantes, consiguiendo que el tema fuese viral, con cerca de 40 millones de reproducciones en apenas dos días. Pero el autor fue detenido por las fuerzas de la represión y la canción eliminada de su perfil de Instagram. La canción recibió el Grammy a la mejor canción por el cambio social. El mundo había hablado.

Y ahora nos queda este libro que es, en opinión de la autora, “una modesta aportación a la lucha por esa libertad que tanto merecen los iraníes” que, por cierto, en su versión persa, es accesible online de forma gratuita para todos los iraníes.