Ana Benavides, directora general de Fundación Lealtad
Transparencia y confianza, un binomio imprescindible para las ONG
La confianza es esencial para que el Tercer Sector pueda desarrollar su labor con eficacia. Sin ella, resulta complicado generar apoyos, atraer profesionales o establecer colaboraciones estables. Y para que esa certidumbre exista, la transparencia es clave.
Por Ana Benavides

Como ocurre en muchos aspectos de nuestra vida, no es posible confiar sin contar con información rigurosa, comprensible y disponible. En el caso de las ONG, la transparencia es un factor estructural que refuerza su legitimidad ante donantes, administraciones, empresas y sociedad civil.
Con el objetivo de aportar datos fiables sobre el modo en que se gobiernan estas organizaciones, desde Fundación Lealtad publicamos hace unos meses el estudio Gobernanza en las ONG que parte de los datos de 284 entidades y nos permite identificar tanto buenas prácticas consolidadas como aspectos susceptibles de mejora.
Una de las evidencias más claras es que la totalidad de estas ONG publica quién forma parte de sus órganos de gobierno. Esta exigencia, necesaria para obtener el sello ‘Dona con Confianza’, refleja un compromiso con la rendición de cuentas y con la transparencia en la toma de decisiones. Pero este compromiso no se limita a la publicación de datos. También se traduce en una implicación activa: las entidades analizadas celebran una media de seis reuniones anuales, con una asistencia que supera el 90 % en más de la mitad de los casos. Sus órganos de gobierno están compuestos por perfiles diversos y con dilatada trayectoria –la antigüedad media es de nueve años–, con una presencia equilibrada de mujeres (49 %) y un porcentaje muy reducido de miembros que perciben alguna retribución (solo un 3 %, casi siempre vinculada a funciones ejecutivas).
El informe también señala desafíos relevantes. La edad media de quienes integran juntas directivas y patronatos es de 61 años, y más de la mitad ya ha alcanzado la edad de jubilación. Incorporar perfiles más jóvenes, fortalecer la independencia en la toma de decisiones y contar con mecanismos eficaces para gestionar posibles conflictos de interés son algunas de las tareas en las que seguir trabajando.
Hablar de transparencia es hablar de responsabilidad. Es apostar por una forma de trabajar que permite demostrar que el interés general guía cada decisión. Solo así es posible consolidar la confianza en el sector, garantizar su sostenibilidad y maximizar su impacto social. Porque sin transparencia, no hay confianza. Y sin confianza, no hay avance posible.
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