Un mundo en conflicto
¿Está el mundo entrando en una espiral de conflicto bélico? ¿Hay más guerras ahora que antes? ¿Se ha roto nuestro sueño de un mundo global en paz? Estas preguntas sobrevuelan a generaciones de occidentales que han crecido confiando en el diálogo, casi soñando con acabar con los ejércitos, creyendo en que los intercambios comerciales y las nuevas tecnologías, o simplemente la razón, nos impedirían salir de casa con un arma en lugar de con el móvil o el portátil. Si la pregunta es si estamos ante una nueva Guerra Fría, la respuesta de expertos en relaciones internacionales, como Javier Solana, Pedro Baños o Manuel Morato no deja lugar a dudas: sí.
Por Rafael Olea / Carolina Martínez
En cualquier caso, una situación que sitúa a la vieja Europa con el recuerdo casi olvidado de la Guerra Fría, esa que muchos solo vivimos en las películas, pero que “ha vuelto”, según el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. Y, además, se incrementa en el Pacífico la tensión entre las dos grandes potencias. “El problema más serio que hay con respecto a la paz mundial, sin duda, es el posible enfrentamiento entre China y EE. UU.”, precisa el diplomático y exsecretario general de la OTAN, Javier Solana.
Tensión en Oriente Medio
Y, como todo puede empeorar, el pasado 7 de octubre el brutal ataque de Hamas dejó al mundo sin palabras y generó una nueva crisis en una zona tan tensionada como Oriente Medio. Al menos 1.200 personas, entre hombres, mujeres, niños y bebés, fueron asesinados.
La respuesta de Israel está causando en Gaza el mayor número de víctimas civiles, muchos niños, jamás visto en la ya escalofriante historia del conflicto. Más de 23.000 muertos a principios de año (8.000 de ellos niños) y 1,9 millones de desplazados (el 85% de la población gazatí), según Naciones Unidas, que pide corredores humanitarios, entrada de suministros, un alto al fuego… y apenas logra respuesta. La realidad es difícilmente soportable y ver las noticias se convierte en una pesadilla.
Dos años después de la guerra en Ucrania, la barbarie se ceba en Gaza y el mundo parece abocado a una nueva Guerra Fría
No obstante, si comparamos estas cifras con los siete millones de soldados muertos en la Primera Guerra Mundial, y los 21 de la Segunda, ciertamente podemos pensar que el mundo progresa.
Nuevos conflictos
Según ‘Our World in Data’, institución de análisis de datos dependiente de la Universidad de Oxford, las muertes por conflictos bélicos cayeron exponencialmente a partir de 1990 (a pesar de las 130.000 víctimas que dejó otro de los conflictos más desoladores vividos en territorio europeo: el de los Balcanes) y “las relaciones entre los países se han vuelto más pacíficas”.
Pero, a pesar de ello, la institución alerta de que “no podemos confiar en que esto continúe”, dados los nuevos conflictos en Europa (Ucrania), África (guerras de Etiopía) y Oriente Medio (Israel-Gaza y Yemen), que sin duda dispararán la cifra de fallecidos en conflictos bélicos en 2023, y el temor a una generalización de estos conflictos.
Más de 114 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a huir de sus hogares
De igual modo, la ONU apunta que “a nivel mundial, el número absoluto de muertes en las guerras ha venido disminuyendo desde 1946” pero los conflictos van en aumento, y “la mayoría se libran entre agentes no estatales, como milicias políticas y grupos terroristas internacionales”.
En 2016, la cantidad de países que se vieron afectados por conflictos violentos alcanzó el nivel más alto registrado en casi 30 años. Al mismo tiempo, los conflictos son cada vez más fragmentados: por ejemplo, el número de grupos armados que participan en la guerra civil siria ha aumentado de solo ocho a varios miles desde el estallido del conflicto. Además, hoy los conflictos son menos sensibles a las formas tradicionales de resolución, con lo que son más largos y mortíferos. La guerra en el Yemen es un doloroso ejemplo de ello, recuerda Naciones Unidas.
Putin, frialdad de espía
Javier Solana, en un encuentro informativo con motivo de la concesión del premio Espasa por su libro Testigo de un tiempo incierto, mostró sus impresiones personales sobre ciertos personajes, entre ellos Putin. Define al líder ruso como ejemplo de la “frialdad comunista de la KGB” y recuerda que fue una relación “difícil de mantener”.
El diplomático español sostiene que “mantener a Ucrania en el entorno de Rusia, como medio de alejar la frontera con Occidente, es fundamental para Putin”, y pronostica que el conflicto solo podrá resolverse en “una época post Putin”. “Ucrania aleja la frontera rusa de la occidental y muy pocos países dan tanto valor al territorio como Rusia, que quiere seguir manteniendo esa profundidad de territorio”, añade el político. Solana destaca también “un cambio de paradigma” y es que la guerra en Ucrania ha afectado a dos países tradicionalmente neutrales e independientes, como Finlandia y Suecia, y que estos pasaran a solicitar su ingreso en la OTAN.
"El conflicto solo podrá resolverse en una época post Putin", pronostica el diplomático Javier Solana
El movimiento no ha gustado en ningún caso al mandatario ruso, que acusa a Finlandia de dejarse “arrastrar” por la OTAN y augura “problemas en la frontera”.
Bloques antagonistas
Pedro Baños, coronel y especialista en Geopolítica, autor de diferentes libros sobre la situación mundial, sostiene que, efectivamente, “el enfrentamiento de la Guerra Fría, con dos bloques antagonistas, lo tenemos de nuevo hoy en día, pero magnificado y encabezado por China. Antes no había un enfrentamiento económico, porque la URSS no tenía esa capacidad, pero ahora la economía es parte del enfrentamiento”.
Alerta de que los BRICS (la asociación fundada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica como contraposición al G7) continuarán expandiéndose en 2024 con la incorporación de cinco nuevos países: Arabia Saudí, Emiratos, Argentina, Etiopía e Irán.
Solana muestra su preocupación por Estados Unidos, "un país dividido, polarizado, con una tensión absolutamente dramática"
Solana también muestra su preocupación sobre Estados Unidos, “un país dividido, polarizado, con una tensión absolutamente dramática (como se puedo ver en el asalto al Capitolio), y entra en elecciones en 2024”. Enfrente, “China produce ocho veces más matemáticos, físicos, químicos o ingenieros que Estados Unidos”, precisa para mostrar la pujanza del gigante asiático, que además comienza a jugar un papel fundamental en las relaciones diplomáticas.
“Arabia Saudita e Irán eran dos grandes enemigos. En cambio, no hace mucho tiempo, no llega a un año, vimos una foto impensable: un primer ministro saudí, un primer ministro de Irán y, en el medio, no un americano ni un europeo, sino un chino, que es el que ha negociado y sentado en la misma mesa al jefe de los sunitas y los chiitas, algo hasta ahora inconcebible”, destaca Solana.
ONU inoperante
Baños coincide con Solana en que la crisis interna, política y social que atraviesa EE. UU., con niveles de pobreza que crecen exponencialmente, está permitiendo a otros países “coger fuerza para repartir el mundo de forma diferente”. “Si a esto unimos unas Naciones Unidas inoperantes, que no pueden ni poner orden en una situación tan terrible como Gaza, nos encontramos un escenario muy complicado”, añade Baños. “Es preocupante porque estos enfrentamientos todavía son fríos, pero la historia nos demuestra que pueden convertirse en calientes”, advierte.
En cuanto a Ucrania, Baños, que entre otros cargos ha colaborado en la sede del Parlamento Europeo de Bruselas como asesor militar, ha participado en misiones en Bosnia-Herzegovina y ha sido jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo, considera que el sentido del patriotismo y la belicosidad del pueblo ruso son fundamentales a la hora de entender esta guerra y teme, a diferencia de Solana, que Putin pueda llegar a ser sustituido por un general “todavía peor, más impulsivo”.
Pedro Baños: “la barbarie se ceba en la franja de Gaza y el mundo parece abocado a una nueva Guerra Fría"
Manuel Morato, presidente del Instituto de Debate y Análisis de Políticas de Seguridad (Idaps), coronel retirado y ex agregado militar en Rusia, coincide con Baños en su análisis de la situación de Ucrania. “Cuando estalló la guerra de Ucrania se dijo que incluso podría estallar una revolución contra Putin, algo que nunca compartí. No parece que esto haya ocurrido. Las sanciones no han logrado el efecto deseado. Algunas encuestas le dan un 80% de apoyo interno”, sostiene Morato.
En su opinión, la paz solo llegará de la negociación y siempre y cuando Ucrania acepte que “el Donbás y Crimea son irrecuperables para Ucrania”. “El futuro es que Ucrania siga existiendo, sin que se le cambie el nombre, pero no va a ser la misma Ucrania. Eso no tiene vuelta de hoja. La única fórmula sería una victoria sobre Rusia, que es imposible, salvo que la OTAN con EE. UU. a la cabeza, se enfrente a Rusia… Eso, sin duda, implicaría desatar una Tercera Guerra Mundial. Más vale no pensarlo”.
Peor que la Guerra Fría
Morato sostiene que la situación actual “es peor que la Guerra Fría”, porque entonces los bloques estaban bien definidos. “Hay mayor peligro ahora de enfrentamiento entre la OTAN y Rusia del que había antes entre la OTAN y la URSS”, apunta, con el agravante de que ahora China apoyaría a Rusia.
Este experto sostiene que además de definir qué país es el hegemónico, China o EEUU, lo que está en juego es crear unas nuevas normas del orden mundial, que impliquen a los países que tras la Segunda Guerra Mundial no participaron y hoy son grandes potencias. Es la demanda de los BRICS, unos países que no se sienten cómodos con las actuales relaciones internacionales. Tienen mucho más poder ahora y dicen que estas reglas (comerciales, económicas, bancarias…) no les gustan, y quieren establecer unas nuevas”, explica el coronel.
Mientras las potencias se disputan el mundo, la humanidad, que ya supera los 8.000 millones de personas, debe fiar a la racionalidad de sus líderes evitar que prenda una llama que avive un conflicto global. Como dijo Erasmo: “La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa”.
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