Damnificados por la erupción del volcán de La Palma
La Palma, casi diez mudanzas en dos años
En la Palma son muchos los afectados por el volcán que siguen con dificultades para encontrar alojamiento. Laly Villalba es una de las vecinas de la zona fantasma de Puerto Naos, en la que, pese a no llegar la lava, las emisiones de gases hace imposible la vida. A su vez, denuncia la falta de oferta residencial en la isla y que, al no recibir una ayuda, son muchos los que temen alquilarle una casa.
Por Aday Sánchez
Después de más de dos años desde que finalizara la erupción del volcán de La Palma, Laly Villalba, una de las damnificadas por este fenómeno, sigue a la espera de poder regresar a la vida que tenía antes de aquel 19 de septiembre, un día marcado en sus recuerdos por la compleja tesitura vivida durante ese fin de semana de 2021.
Desde entonces, Laly lleva a sus espaldas más de diez mudanzas, mientras espera recibir las ayudas atrasadas desde hace nueve meses, teniendo que hacer frente a pagos antagónicos. Sueña con volver a Puerto Naos, donde, además de tener su vivienda, tenía también su trabajo. A esta complejidad se le suma, afirma, la “discriminación a la hora de alquilar una vivienda” por ser una de las damnificadas por el volcán.
“Te ponen en una lista de la que no te llaman”, asegura Villalba ante la tesitura que viven muchos de los afectados a la hora de conseguir un nuevo domicilio. Los precios de los alquileres en la ‘isla bonita’ han aumentado hasta tal punto que pueden superar los 900 euros, mientras antes no sobrepasaban los 400. “Me he encontrado veces con que cuando dices que eres de los damnificados del volcán, la gente se muestra reacia a alquilártelo porque saben que algunos de los afectados no tenemos trabajo ni ayudas y pensarán que no les vamos a pagar”, explica Laly.
Muchos afectados por el volcán han perdido sus hogares y negocios
Hasta el pasado mes de abril, esta vecina de Puerto Naos desalojada desde hace más de dos años disfrutaba de una subvención del alquiler que, aunque no hacía frente a la totalidad del pago, era un importante amparo. A partir de ese mes, Laly no tiene ayuda porque tampoco tiene un contrato de trabajo. “Estoy cambiándome de una casa a otra buscándome la vida y no tengo ni derecho a paro”, lamenta.
Ayudas al alquiler
Hay vecinos que llevan más de diez meses sin recibir las ayudas que les corresponden, aunque esperan recibirlas próximamente. El Gobierno de Canarias ha agilizado los procesos para que los afectados puedan recibir las cuantías correspondientes, incorporando incluso a casi un centenar de familias que, inicialmente, habían sido excluidas. Desde el Instituto Canario de la Vivienda (Icavi) siguen haciendo efectivas estas ayudas haciéndoselas llegar a todos los afectados. Igualmente, desde el Gobierno de España también se han comprometido a ampliar el paquete de medidas destinado a la reconstrucción de La Palma.
Mientras tanto, algunos como Laly siguen esperando, aunque ya le han abonado las correspondientes a los cuatro primeros meses de 2023, pero explica que la situación en la que están después de estos años es muy difícil. “Sigo manteniendo la esperanza de que todo va a cambiar, de que vamos a volver a nuestras casas, a nuestro trabajo y a nuestra vida”, sostiene.
La realidad es que muchas de las inmobiliarias de la isla no están dispuestas a ayudar a los afectados. “Desde que dices que no tienes trabajo y eres de alguna de las zonas de exclusión no te ayudan”, justifica Villalba.
“Dos años sin una vivienda”
Laly lleva todo este periodo quedándose en casa de unos amigos alemanes. El inconveniente recae en que cuando visitan la isla tiene que cambiarse y abandonar la casa. En estos momentos, la vivienda está ocupada, pero dados los problemas existentes para hacer frente a los elevados costes del alquiler, sus amigos le han habilitado una de las habitaciones para que no tenga que mudarse nuevamente. “Él es fisioterapeuta y me dijo que no me preocupara que la sala donde tenía su consulta se iba a convertir en mi casa”, detalla Villalba. Pese a este acto de generosidad, Laly sigue alzando la voz ante lo que supone ir constantemente de un sitio a otro. “Dos años después continúo sin una vivienda, sin poder regresar a casa ni a mi trabajo, que está también en Puerto Naos”.
Los alquileres se han duplicado y hay propietarios que se niegan a alquilar a los afectados
Para ella no es fácil no poder trabajar, verse con esa sensación de impotencia después de estar de encargada durante ocho meses en otro negocio. “He tenido que volver a dejar de trabajar, pero me encuentro en una situación en la que no puedo regresar a mi cese de actividad porque a partir del 5 de junio cambió la ley y con ella la nueva estructura. Todos los que estábamos trabajando en ese momento no podemos volver a cobrar la prestación”, comenta Laly, que ahora se ve sin trabajo teniendo que pagar la cuota de autónomo porque como tiene trabajadores en ERTE no puede dar de baja la actividad.
Momento de la explosión
El fin de semana del 17 al 19 de septiembre de 2021 se vivieron unos días muy difíciles para los palmeros. La incertidumbre sobre lo que podía ocurrir y lo vivido durante los primeros días de la erupción hizo que la lava hiciera desaparecer los recuerdos de muchos de los habitantes de esta parte de la isla.
Aún más complejo fueron esos días para Laly que, unas jornadas antes de tener que abandonar su casa, el 17 de septiembre fallece inesperadamente su madre, con la que residía. “He tenido muchas pérdidas durante este periodo. Cuando estaba recuperándome del fallecimiento de mi madre, que no habían pasado ni dos años, fallece mi pareja”, lamenta Laly.
En lo que coinciden todos los palmeros es que tienen que mantener la actitud positiva. “No perder la esperanza, vivir el ahora y de lo malo sacar todo lo bueno que hay ahí”, cuenta Villalba. “Mi abuela decía ‘Dios escribe los renglones torcidos para que los leamos derechos’. Quería decirnos que las cosas que parecían malas, nosotros las veíamos malas, pero si realmente le dábamos la vuelta y esperábamos un poco, seguro que viene algo bueno”, recordaba.
“Quiero pensar así y no podemos estar viviendo de recuerdos y tristeza. Tener en el corazón a los que se fueron, pero pensando en todo lo bueno que vivimos con ellos y todos lo que disfrutamos. Vivir el momento con la alegría y la esperanza de que vamos a volver”, concluye Laly emocionada.
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