Chema López Juderías, periodista, 12 años director del Diario de Teruel
“La España rural que dibujan algunos medios ya no existe”
Nacido en Teruel en 1971, Chema López Juderías ha desarrollado su carrera como periodista fundamentalmente en medios locales y regionales, por eso tiene una mirada muy precisa y pegada al terreno. Trabajó en Radio Nacional, Cadena SER o Valencia TeVe antes de entrar en 1998 a formar parte de la plantilla de Diario de Teruel, periódico del que ha sido director durante 12 años, hasta finales del pasado mes de enero. Ejerce además como impulsor de múltiples iniciativas ligadas a su provincia y a la realidad social de la despoblación.
Por Chema Prieto Ampudia / Chema Doménech
¿Hay que hablar de España vacía o vaciada?
Hombre, la verdad es que hay polémica con la denominación. Sergio del Molino acuñó el término de La España vacía con su ensayo, fue el primero en dar visibilidad a nivel nacional a este problema de la despoblación. Después, la España vacía introdujo un componente de reivindicación diciendo que no estaba vacía sino vaciada, porque la habían vaciado la falta de inversiones y de voluntad política y ese tipo de cosas. Incluso hay quien la denomina la España despoblada o la España holgada, porque se vive muy holgado. En fin, a mí la verdad es que el término me da igual, me importa mucho más la visibilidad de este problema.
¿Y cree que tiene en este momento la visibilidad suficiente?
Creo que, precisamente ahora, estamos en un momento muy complicado. Se habló mucho del problema de la despoblación durante anteriores legislaturas, con plataformas ciudadanas que acabaron siendo partidos políticos con representación parlamentaria, como Teruel Existe. Ahora creo que se habla cada vez menos, por eso es fundamental que este debate siga vivo y forme parte de la agenda política.
¿A qué se debe esta pérdida de relevancia en la discusión pública?
No sé, eso lo tendría que contestar un sociólogo. Sí creo que convertir las plataformas ciudadanas en partidos políticos es un error, probablemente el tiempo lo dirá. Teruel tenía una excelente herramienta de visibilidad, de presión y de unión entre todos los turolenses, que era la plataforma ciudadana Teruel Existe. Todos los turolenses formábamos parte de ella, desde el primero hasta el último llevábamos la pegatina en el coche. Había un apoyo total por parte de la gente, un compromiso.
Después se convirtió en un partido político y ese apoyo popular masivo pues ya no está, y mucha gente quitó del coche la pegatina para no identificarse con un partido político más, que además ha perdido su representatividad en Madrid. Dio buenos resultados durante cuatro años pero en la última investidura de Pedro Sánchez no se hizo ni una sola alusión al problema de la España despoblada, mientras que en la de 2019 fue prácticamente uno de los temas protagonistas. Convertir plataformas ciudadanas tan potentes en plataformas políticas creo que fue un error.
“Convertir las plataformas ciudadanas, como Teruel Existe, en partidos políticos es un error. Mucha gente quitó la pegatina de su coche”
¿Y la responsabilidad de los medios de comunicación?
Por supuesto, la tenemos. La labor que debemos hacer los medios es dar voz a este problema y hacerlo con rigor y realismo. Durante la pandemia, un semanario que se distribuye con varios periódicos nacionales publicó un reportaje sobre la covid en la España vacía o vaciada. Todas las personas que salían eran gente mayor, en el huerto, en la puerta de una casa vieja, y las fotografías eran en blanco y negro.
A veces se sigue transmitiendo una imagen de los pueblos que corresponde a los años sesenta o setenta del siglo pasado, algunos medios dibujan una España rural que ya no existe. Ahora mismo, los alcaldes de los pueblos son gente preparadísima, hay profesionales de todo tipo viviendo en los pueblos, algunos poniendo en marcha proyectos innovadores. Hay pueblos de 50 habitantes en los que hay gente teletrabajando, hay artistas muy reconocidos y de primera línea instalados en el mundo rural. Por tanto, debemos erradicar esa imagen que dibuja una realidad que no es la actual en los pueblos.
¿Es una realidad que el periodismo local sí conoce, porque vive en ella?
Uno de los valores que tiene el periodismo de cercanía es que cuenta primero realidades que después interesan a todo el mundo. Por ejemplo, si alguien quiere investigar por qué en Teruel se creó un movimiento llamado Teruel Existe, por qué ese movimiento se convirtió en partido político o por qué en las últimas elecciones perdió toda su representatividad parlamentaria, tendrá que recurrir a los medios locales. Ahí contamos desde el primer día cómo se gestó esa coordinadora, cuáles fueron sus primeros pasos, cuáles fueron sus primeras manifestaciones. Si ahora un periodista alemán quiere entender este fenómeno, tendrá que recurrir a los hemerotecas de los medios locales.
Otro de los valores del periodismo local es que cuenta historias que nadie más cuenta. La del panadero que se hace con su furgoneta 200 kilómetros para llevar pan a los pueblos de la comarca; o la de las familias afectadas por el incendio del edificio en Valencia. ¿Quién se va a interesar por esas historias cuando el foco mediático se haya desplazado? Serán los medios locales quienes contarán qué ha sido de esas familias, si están recibiendo ayudas o si han logrado rehacer sus vidas.
"Cada ley que se apruebe debe tener una perspectiva rural. Es una responsabilidad de la clase política"
¿Cómo ve la salud de los medios locales?
Cada vez es más difícil que una ciudad o una provincia mantenga un periódico de papel, una televisión o una radio. Eso se consigue con el apoyo de la gente, por eso tenemos que ser conscientes de la importancia de los medios, porque esto pasa como con las librerías, ¿no? Cuando cierra una librería mítica todo el mundo se lamenta, pero lo que hay que hacer es apoyarla antes de que cierre comprando en ella. Lo mismo ocurre con los medios de comunicación, hay que apoyarlos antes de echarlos de menos.
También ocurre con los pueblos, ¿no?
Por supuesto. Yo me resisto a creer que hay algunos pueblos que tienen que morir. Me resisto porque un pueblo no es solo un espacio físico, es cultura, es historia, es tradiciones… Hay muchas cosas en muy pocos metros cuadrados, un potencial tremendo que no se puede perder. Me rebelo ante la idea de que haya pueblos que tengan que morir, que se ponga un candado y desaparezcan.
No sé cuál es la solución para que eso no ocurra, ojalá la tuviera. Pero creo que es importante que se legisle pensando en los pueblos, que cada ley que se apruebe en este país tenga la perspectiva rural. Y esa responsabilidad recae en la clase política, que es la que tiene que provocar que este debate no muera.
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