El deporte femenino y, sobre todo, el fútbol, siempre ha estado marcado por las diferencias respecto a los hombres en cuestiones tales como las condiciones salariales, el estado de los terrenos de juego, comentarios fuera de lugar…

Durante los últimos años ha mejorado notablemente la visibilidad del fútbol femenino y se han ido reduciendo estas “situaciones complicadas”, como señalan las propias futbolistas, quienes se han tenido que enfrentar a todo ello siéndoles más difícil desarrollar sus trayectorias profesionales. Pese a todo ello, han seguido luchando por sus sueños y han querido contar sus historias personales desde la diferencia de edad que separa a cada una de ellas.

A sus 24 años, Nerea Eizaguirre puede decir con orgullo que ha debutado con la selección española de fútbol absoluta, ganando incluso un Campeonato de Europa en las categorías inferiores. Nerea empezó a jugar al fútbol muy joven, debutando con tan solo 16 años en el primer equipo de la Real Sociedad, donde lleva ya ocho años después de pasar por el Tolosa C.F. y dar el salto al Añorga.

Situación de éxito que también repite Amanda Sampedro a sus 30 años. Con 15 debutó en el primer equipo del Atlético de Madrid y lleva otros 15 años en Primera División, donde ha ganado tres ligas, una Copa de la Reina y una Supercopa. Además, ha sido más de 50 veces internacional con la selección y en categorías inferiores ha conseguido una Copa de Europa sub17 y una medalla de bronce en el mundial sub17. En 2022, Amanda fichó por el que es su club actual, el Sevilla F.C.

Eizaguirre y Sampedro son ejemplos a seguir para María Valle, que con 19 años apunta a conseguir grandes éxitos. Por el momento, ha sido campeona del Europeo sub19 en 2022. Valle milita a día de hoy en el Real Madrid Femenino, después de comenzar jugando en su pueblo natal (Los Palacios, Sevilla) y pasar por las categorías inferiores del Sevilla F.C. y Real Betis, en el que llegó al primer equipo.

Aspectos por mejorar

Uno de los puntos en los que se podría decir que prácticamente hay unanimidad es en las diferencias que existen en muchos de los ámbitos que rodean al fútbol femenino respecto a las condiciones en las que se encuentran sus compañeros. “Es un hecho que hay mucho margen de mejora en ese aspecto, al final son muchos los años que se lleva trabajando en este progreso y el tema de los campos o instalaciones no va a ser diferente. La mayoría no están en igualdad de condiciones, pero estoy segura de que, con tiempo y trabajo, también conseguiremos llegar a esa calidad en las instalaciones”, comenta María.

Nerea matiza que “no todos los campos son naturales y eso es una realidad. Creo que el fútbol femenino tiene que crecer y el tema de los campos es una de las cosas que sí o sí se tiene que dar”.

Por su parte, Amanda Sampedro manifiesta que “tenemos que seguir creciendo y mejorando. Hay muchas mejoras, pero hay que conseguir llegar no a lo de los compañeros masculinos, sino a lo que nos enseñan otras ligas como la inglesa, la NWLS… Ese es el camino a seguir”.

El fútbol femenino todavía tiene “mucho margen de mejora”, según las jugadoras

Para estas futbolistas profesionales, la visibilidad de este deporte es otra de las cuestiones por mejorar. “La televisión es muy importante y el producto que enseñemos a través de ella también. Hay que moverse para que los campos sean buenos y se vea que va gente a vernos. A partir de ahí, si se ve que interesa y lo mostramos, es un buen paso hacia delante”, argumenta Amanda.

Para Nerea, el que cada club apueste más por el fútbol femenino hace que se cree una necesidad y responsabilidad por ofrecer un fútbol femenino de calidad que “se exponga al mercado donde se venda bien y se nos dé una correcta visibilidad en la que los espectadores respondan”. Con sus 19 años, María Valle sostiene que habría que apostar más desde la base. “Sería de gran ayuda para el desarrollo de las estructuras femeninas desde los clubes y federaciones”, comenta.

Frente a la adversidad

En el fútbol femenino hay muchas dificultades a las que se enfrenta una deportista de élite por el simple hecho de ser mujer y que pueden suponer hasta el punto y final de su trayectoria profesional. “Una de las mayores dificultades a las que nos podemos enfrentar es el ser madres. No por serlo como tal, sino por la gran pausa en nuestra carrera que supone serlo, cómo cambia nuestro cuerpo y la vuelta a jugar tras ser madre”, precisa María. Pese a esto, Amanda piensa que “la mujer va rompiendo cada vez más barreras en el deporte y lo hace con trabajo, humildad y sacrificio, y sobre todo ganando. En el deporte si ganas interesas y si no, no. Esa es la realidad. Lo bonito es el camino que recorres para llegar a ganar”.

En el caso de Nerea, una de sus mayores dificultades ha sido el tener que estar luchando constantemente por conseguir avances. “La mujer siempre ha tenido que pedir y luchar por conseguir cosas que quizás en otro sector ya se dan”, argumenta. Complicaciones que se suman con las dificultades a nivel personal como la pérdida de un ser querido. “Después del fallecimiento de mi madre me he convertido en una persona más fuerte a la que parece que nada le afecta. Intento ver siempre algo positivo ante cualquier problema, pero es verdad que dejó un gran vacío que me hizo entrar en un bucle y no pensar en otra cosa. El fútbol ha sido mi salvación, mi vía de escape”, determina Nerea.

Caso Rubiales

La situación a la que han tenido que enfrentarse las jugadores después de lo ocurrido durante la celebración del Mundial de Fútbol ha hecho plantearse muchas cosas. “A todas nos ha afectado la situación, no es fácil vivir todo lo que hemos vivido. Han sido meses de mucho sufrimiento, pero creo o tengo la sensación de que ese sufrimiento ha dado sus frutos y han mejorado cosas. Al final se ha visto la realidad. Es verdad que a nivel profesional no he vuelto a ir a la selección después de todo y ojalá algún día se me vuelva a dar la oportunidad”, detalla Nerea Eizaguirre.

“Es cierto que lo ocurrido últimamente ha revolucionado un poco todo, pero al final somos profesionales y tenemos que intentar que todo lo externo nos afecte lo menos posible”, dice María. Por su parte, Amanda manifiesta que se encuentra “feliz, ilusionada y con ganas de seguir disfrutando del fútbol, que es lo que más me apasiona”.

Sumar éxitos

Las deportistas valoran todos los éxitos que se han conseguido y se están consiguiendo. Tras ganar el Mundial de 2023, el fútbol femenino español ha ganado en 2024 la Liga de Naciones y ha sido reconocido con el Premio Laureus al mejor equipo del año.

“El fútbol femenino está avanzando y la visibilidad es mayor. Las generaciones futuras tienen referentes, ejemplos a seguir y, si es su sueño, deben perseguirlo y trabajar hasta alcanzarlo”, explica María Valle.

Nerea comenta que hay que disfrutar del camino y de cada momento. “Que las futuras generaciones vivan desde los entrenamientos, desde las charlas con sus compañeras en el vestuario hasta los partidos más grandes, que puedan jugar porque al final el tiempo pasa rápido y con lo que más te quedas son con esos momentos”, concluye.

Para las tres futbolistas, el conseguir grandes resultados como haber ganado el Mundial de Fútbol hace que se visibilice y se ponga en valor el deporte femenino. “Todo lo que te hace estar lo más arriba posible a nivel futbolístico hace que el fútbol femenino se vea más y se sepa más de ello. Es verdad que cada vez estamos consiguiendo más triunfos y eso hace que el fútbol femenino crezca”, asegura Eizaguirre. Algo que también respalda María Valle: “Cuando el fútbol femenino español se ve representando, y de tan buena manera, en el ámbito internacional, tiene sus consecuencias. Ahora hay muchos más ojos puestos en el fútbol de nuestro país”.