Tras la pandemia, la salud mental se ha visto afectada, por lo que muchas empresas, entidades y administraciones públicas están cada vez más comprometidas con la salud mental de sus trabajadores, siendo uno de sus objetivos cómo abordarlo en el presente y el futuro.

Durante la jornada sobre Salud Mental en el Trabajo, que organizó la agencia de noticias Servimedia junto a la Fundación Laboral San Prudencio y la consultora empresarial Estudio de Comunicación, expertos en la materia conversaron en una mesa redonda sobre la creación de entornos laborales que protejan la salud mental de las personas trabajadoras.

En este encuentro, la secretaria general de Economía Social, Amparo Merino, transmitió que la salud mental vinculada al trabajo es “una de las grandes preocupaciones de nuestra época”. Además, explicó que en los últimos años está siendo una cuestión “prioritaria” que han logrado trasladar a la acción política.

En relación con este punto, trasladó la idea de que la salud mental es un problema “sistémico y transversal” que afecta a la vida laboral, de ahí el motivo de tratarlo como un “riesgo psicosocial”.  “Cuando hablamos de salud mental, hablamos de depresiones, de acoso, de discriminación, de desigualdad; de bajo salario y también de descontrol de los tiempos que dedicamos de trabajo, pero cuando hablamos de salud mental, hablamos también, en ocasiones, de ciertas maniobras laborales que producen inestabilidad en el empleo e incertidumbre en lo personal, llegando a sufrir ansiedad, depresión, soledad; a unas carencias materiales, y a una compleja conciliación de la vida laboral, personal y familiar”, advirtió Merino.

Durante su intervención, también hizo referencia a que la salud pública y mental debe complementar las medidas que pasan por el tratamiento médico para comprender y resolver los procesos y mecanismos sociales.

Cómo lo abordan las empresas

Por su parte, el catedrático de Psicología Social de las Organizaciones en la Universitat de València, José María Peiró, abordó el tema de cómo las grandes empresas y las pequeñas Pymes pueden tratar la salud mental de las personas trabajadoras.

Pereiro explicó que tanto las grandes como las pequeñas empresas tienen que tener un proyecto llamado 'personas', porque son quienes hacen posible que las empresas existan. “Estas empresas deben comprometerse con las personas haciendo que estén saludables y encuentren un espacio en el que se vean acogidas y puedan aportar sus capacidades y sus conocimientos”.

Pereiro también hizo alusión a los jóvenes y a la soledad que sufren la mayoría de ellos en nuestra sociedad. “Esto puede ser debido a la falta de seguridad en el mundo laboral después de haber realizado tantos esfuerzos. El uso de las nuevas tecnologías y los algoritmos hacen que los jóvenes vivan experiencias desagradables en la vida laboral”, aseveró Pereiro.

En el evento también se abordó la importancia de la prevención en la salud de las personas trabajadoras, insistiendo en una mayor presencia de los sanitarios en las empresas.

Riegos laborales

En relación con la nueva Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el secretario general de CC.OO., Unai Sordo, afirmó que se van a demandar tres cuestiones fundamentales que tienen que ver con los riesgos psicosociales, como es la normativa de prevención plenamente integradas en las empresas; el género, y las transiciones como es el mundo digital, el cambio climático, y la transición demográfica revelando que más de un 35% de los trabajadores de las empresas tiene más de 45 años.

Por otra parte, la directora gerente de la Fundación Laboral San Prudencio, Esther Unceta-Barrenechea, planteó que para la nueva Ley exista la división entre la ergonomía y la psicología para que las empresas traten ambos aspectos de una manera más efectiva.

Asimismo, la directora global de Personas y Cultura de ALSA y vocal de la Junta directiva de Asociación Centro, Ruth Hernández, explicó las estrategias que ALSA tiene para abordar la salud mental de sus trabajadores. La primera de ella son los sesgos, teniendo como objetivo prioritario que “las personas estén en el centro”, y “estar atentos a las personas más vulnerables para hacer que la diversidad y la inclusión sea real”, afirmó Hernández.

La segunda es la integración de la salud mental dentro de los planes de salud de la compañía; y la tercera es tener planes de carrera integrados como la salud mental, pero de una manera transversal.

Para concluir la jornada, los expertos coincidieron en la existencia de un gran absentismo laboral debido a la salud mental y piden que las administraciones públicas y la Seguridad Social tengan una mayor competencia sobre la salud mental en las personas trabajadoras.