Otra ruralidad es posible
En los años 70 del pasado siglo, la España interior vivió una emigración forzada hacia las grandes ciudades que dejó gran parte del territorio español sumido en el abandono, generando una España despoblada y desfavorecida. A lo largo de más de 50 años ha persistido un modelo territorial de concentración, con una fuerte “desagrarización”, con múltiples impactos, demográficos, sociales, ambientales, económicos y territoriales, al configurase una España desigual con territorios ganadores y perdedores.
Por José Manuel González Huesa, director de Perfiles y director general de Servimedia.

La brecha entre el mundo rural y el área metropolitana es tan grande que la despoblación se ha convertido en el paradigma de la desigualdad. La entrada de España en la Unión Europea transformó el territorio, pero sin un desarrollo interno equitativo, al aumentar los desequilibrios e inequidades.
La catedrática y experta en esta materia, Mercedes Molina, propone pasar de “territorios problema”, con carencia de infraestructuras, derechos sociales y calidad de vida, a “territorios recurso” para poner en valor sus virtudes, asociadas a un desarrollo rural diversificado por sus posibilidades de producción agraria, forestal, industrial, energética y turística, derivadas de su cultura, de su gran patrimonio y de su “saber hacer local”.
Para poner en valor sus recursos, se necesita una amplia actuación de políticas públicas, ya que el comportamiento del mercado no lo va a resolver. Las inversiones son trascendentales, especialmente en el campo de la digitalización. Las zonas rurales pueden contribuir a dar nuevas oportunidades a entornos remotos y a cumplir con los objetivos del Pacto Verde europeo.
“La brecha entre el mundo rural y el área metropolitana es tan grande que la despoblación se ha convertido en el paradigma de la desigualdad”
La dificultad para acceder a los servicios básicos en el entorno rural es, junto al envejecimiento de la población, uno de los principales desafíos crecientes que arrastra la España vaciada para este 2024. El tiempo de las políticas públicas comprometidas con la despoblación ha llegado y su asociación con el sector empresarial debe ser posible.
Hay que pasar de la concentración metropolitana dominante a la creación de un policentrismo, donde las ciudades del mundo rural sean las protagonistas. Tienen grandes potencialidades, si se corrigen todos los estrangulamientos actuales y para ello, la inversión pública y privada es imprescindible. El acceso a unos servicios de calidad todavía es una asignatura pendiente. Otra ruralidad es posible.
Continúa Leyendo

El despertar de un sueño
Por Luis Gresa

“Nuestra lucha es conseguir que no haya ni un niño sin familia”
Por Carolina Martínez

Roman, historia de una guitarra
Por Luis Gresa

Cinco décadas de cubo mágico
Por Blanca Abella