Sordo también subraya que estamos ante “una oportunidad como pocas veces hemos tenido de reindustrializar nuestro país” y precisa que “España no se puede resignar a tener tasas de desempleo de dos dígitos” y debe plantearse el objetivo de reducirlo hasta el 7%.

Pedro Sánchez se presenta a la investidura. ¿Cree que habrá nuevo Gobierno?

Si nos fiásemos un poco de los indicios racionales, todo indicaría a que se debiera conformar una mayoría de investidura y, por tanto, un nuevo Gobierno por la simple razón de que ninguno de los partidos apelados a esta investidura vaya a ganar nada en una repetición electoral. Por otro lado, creo que no es bueno acostumbrarse a las repeticiones electorales de una forma casi sistemática. A la ciudadanía se la apela a votar, y los partidos están obligados a llegar a los consensos necesarios para garantizar la viabilidad de una legislatura. Espero que se pueda conformar un Gobierno. España no se puede permitir, en un momento tan importante como este, una parálisis política.

España, además, ostenta la Presidencia de la UE hasta fin de año, en medio del debate de cómo salir de la crisis.

De cómo se resuelva este van a depender las decisiones más importantes en materia de política económica para nuestro país en el próximo lustro. Lo que se está decidiendo es si se vuelve a los objetivos de deuda y de déficit públicos que teníamos hace una década, lo cual nos podría llevar a unas severísimas políticas de austeridad en el plazo de dos o tres años, o, por el contrario, si Europa se dota de otro marco presupuestario, de otro marco fiscal y no vuelve a caer en los errores de la austeridad, aprendiendo las mejores lecciones de lo que ha hecho desde el año 2020. Esto va a determinar la vida de las personas en los próximos años.

Estamos hablando de las políticas fiscales, sanidad, educación, de cómo afrontar la transición digital y energética, del pacto industrial… Se están promoviendo muchos cambios y nos estamos jugando el futuro. Si esto se hace en una lógica de restricción de fondos públicos y de austeridad, España tendrá un problema grave, pero si esto se hace desde otras lógicas, tenemos una oportunidad como pocas veces hemos tenido de reindustrializar nuestro país.

¿Le gustaría que en el próximo Gobierno Yolanda Díaz siga al frente de Trabajo?

La gestión que se ha hecho en estos últimos años es más que solvente. El empleo es la principal variable de impulso económico en España y en gran parte está paliando las durísimas consecuencias de la inflación o de los costes hipotecarios. Esto sucede porque se han tomado una serie de medidas en los últimos tres años de sostenimiento del empleo a través de los ERTE, de incremento de los salarios mínimos, de una reducción muy taxativa de la tasa de temporalidad. No parecería muy razonable un cambio en ese sentido.

"España no se puede permitir, en un momento tan importante, una parálisis política"

¿Por qué propone subir los salarios y poner trabas al despido?

Hay necesidad de que España dé un salto adelante en materia de empleo. El hecho de que se estén produciendo cambios bastante importantes en el modelo productivo y de que los empleos que se están generando sean en los segmentos de medio y alto valor añadido, como la digitalización y la transición energético-ecológica, nos da una enorme oportunidad de una reindustrialización. Hay que huir del viejo esquema laboral de los bajos costes del contrato precario y del despido. Es el momento de ser valientes, porque hemos demostrado que reduciendo la temporalidad y subiendo los salarios mínimos se genera, incluso, más empleo. Hay que permitir que las empresas puedan, por ejemplo, acomodar temporalmente las jornadas, como se hizo con los ERTE, y poner trabas al despido. Además, hay que cambiar que a las personas con muy poca antigüedad se las despida muy barato, como también creo que hay mucha gente que está trabajando a tiempo parcial, pero quiere trabajar más horas.

Feijóo ha manifestado que fue una gran decisión subir el salario mínimo.

Muchas de las medidas que hemos pactado han dado un resultado tan irrebatible que hasta los que dijeron que estaban en contra dicen ahora que están a favor. En todo caso, creo que es el momento de consolidar que el salario mínimo interprofesional (SMI) nunca esté por debajo del 60% de la media salarial. Se ha demostrado que con un incremento del 47% se puede mantener el empleo en el conjunto de los sectores de nuestro país y que esa subida de salarios mínimos promueve una mejor distribución de la de la renta. Esto hay que consolidarlo por ley.

¿Cómo valora los datos de empleo?

En términos generales, podemos decir que el empleo sigue gozando de buena salud en España porque estamos en récords históricos de cotizantes a la Seguridad Social y con la menor tasa de temporalidad que hemos tenido en los últimos 35 años, pero queda también mucho por hacer. El que siga habiendo una parte del empleo excesivamente ligada a la estacionalidad no deja de ser un problema de la economía española. Lo hemos canalizado en parte a través de los fijos discontinuos, pero sigue habiendo un problema de excesiva dependencia de la estacionalidad.

Además, España no se puede resignar a tener una tasa de paro del 11%. Hay que cambiar el chip. Hay que pegar un tirón de tres puntos o cuatro en la en la bajada de desempleo y para esto hay que generar más actividad económica, más puestos de trabajo. Y creo que hay que reducir la jornada laboral. La aplicación de la tecnología y de la digitalización va a permitir que las empresas ganen productividad en el medio plazo, y esa productividad se puede disputar por la vía del salario y también por la reducción de la jornada laboral ordinaria, que además tiene un efecto beneficioso pues favorece la creación de nuevos empleos.
Que tengamos el récord histórico de cotizantes a la Seguridad Social no puede hacer que quitemos el foco de que seguimos en tasas de desempleo de dos dígitos. España no se puede resignar a ese escenario y hay que bajar el desempleo al 8% o el 7%. Ese tiene que ser el objetivo.

¿Qué opina de la inteligencia artificial (IA)? Se vaticina que destruirá empleos, aunque también que dará paso a trabajos más cualificados.

La IA no sé si asusta, pero impresiona. Creo que está cambiando mucho los procesos de digitalización o productivos. En todas las revoluciones tecnológicas, la experiencia nos dice que al principio parece que va a haber una enorme catarsis de puestos de trabajo y que prácticamente se va a perder un porcentaje altísimo. Luego, con el tiempo, lo que ocurre es que desaparecen puestos de trabajo, aparecen otros y se transforman la mayoría.

El gran reto que tenemos es gobernar bien esas transiciones de empleo. Por un lado, las necesidades formativas y de cualificación van a variar muchísimo; y no vale cualificar para seguir cobrando lo mismo, sino para poder tener mejores condiciones de trabajo. Por otro lado, una parte de trabajadores y empresas pueden quedarse excluidos, y eso no puede ser igual a quedarse en la indigencia, en la pobreza o en la exclusión. Hay que ser ambiciosos con la IA.

¿Van a plantear al nuevo Ejecutivo rescatar el Estatuto del Becario?

Es verdad que se cerró el acuerdo prácticamente en la prórroga de la legislatura, pero vamos a exigir al Gobierno que lo ponga en marcha en cuanto se configure, si es que se configura. Es una reivindicación que se lleve al Boletín Oficial del Estado.

También ha solicitado reformar adaptar al siglo XXI el Estatuto de los Trabajadores.

Definir el nuevo patrón de economía digital es un elemento central. Hemos lanzado una serie de propuestas para definir de qué estamos hablando: contratación a tiempo parcial, reducción de la jornada de trabajo, legislar para que el SMI esté en el 60% de la media salarial, con el efecto que eso tiene en las categorías más bajas por el efecto arrastre de los salarios. Además, hablamos de modificar el régimen del despido, de buscar alternativas a los despidos o regular la economía para que no se puedan ocultar relaciones laborales bajo el fetiche de la utilización de una plataforma tecnológica. Estos son elementos centrales de ese Estatuto del siglo XXI.

"España no se puede resignar a tener una tasa de paro del 11%. Hay que cambiar el chip"

En noviembre se cierra el ciclo para la revalorización de las pensiones. ¿Cuál es su opinión sobre la actualización?

Solo contemplamos un escenario, que es cumplir la Ley. Esta dice que dice que las pensiones se tienen que revalorizar en función de la evolución de la inflación media. No hay otro escenario posible porque es lo que ahora mismo dicta la Ley General de Seguridad Social y lo que hemos pactado con el con el Gobierno. Y con esto pasa lo mismo que con el SMI.

¿Cree posible una mayor intervención en el mercado de los productos básicos para evitar repuntes de la inflación?

La inflación sigue siendo un problema porque muchos de los productos básicos siguen en precios muy altos y son los que más afectan en la cesta de la compra de la gente que menos tiene. Seguimos teniendo un problema de inflación. El hecho de que estemos mejor que Europa ahora mismo tampoco es consuelo para las personas que no llegan a fin de mes. Se está produciendo una distribución muy injusta de los márgenes empresariales y de los precios. Queremos saber exactamente cómo se está distribuyendo la imputación de costes y el incremento de los precios, porque no todos los agentes económicos están sufriendo igual la inflación.

Evidentemente los trabajadores la estamos padeciendo y dentro del mundo empresarial parece claro que no es lo mismo quien tiene una empresa con una posición de preeminencia de mercado, que le permite imputar los precios que quiere, que a quién le toca asumir esos precios. Vamos a insistir con el Observatorio de Márgenes Empresariales, porque nos parece que en esta época del Big Data no es de recibo que no quede taxativamente claro quién se está forrando y quién está padeciendo la inflación, incluso dentro del mundo del mundo empresarial.

¿Qué propuestas hacen para favorecer el acceso a la vivienda?

Aquí hay dos cuestiones, las ayudas puntuales a quien tenga problemas económicos y las políticas sobre el precio de la vivienda. La experiencia nos dice que toda la política fiscal de ayuda a la compra de vivienda, finalmente lo que hace es hinchar el precio. Hay que tener una posición intervencionista en el mercado de la vivienda y quitarse complejos en este terreno, porque además es un sector que lastra el resto de los sectores económicos. Es una apelación que también haría a la mayor parte del empresariado español, para que no tengan posiciones ideológicas preconcebidas.

Que una compra de un bien básico, la vivienda, requiera la mitad de los recursos de una familia, hace que esos recursos no se dediquen a otras cosas. Por tanto, esto afecta a otros sectores económicos, y al empleo y a la producción. La cuestión es si este país sigue o quiere seguir pivotando en torno a los viejos sectores o en torno a la modernidad.

Se ha demostrado empíricamente que la liberalización del suelo no sirve porque en España hubo años que se construyeron más viviendas que Alemania, Italia y Francia juntas. Y mientras se hizo eso, los precios de la vivienda subían. Es evidente que lo que hicieron fue hinchar precios con una política de crédito absolutamente irresponsable. Hay que contener en serio los precios e intervenir el mercado de la vivienda.

"Hay que saber quién se está forrando y quién está padeciendo la inflación"

¿Qué opina de las empresas tecnológicas que incumplen la Ley Rider.

Estamos planteando que, ante el incumplimiento casi sedicioso de la ley Rider por alguna empresa, ha llegado momento de ir más allá y entrar ya en el terreno penal. Con empresas con un volumen de negocio tan grande, la imposición de multas que suponen una mínima parte de sus beneficios no ejerce efecto disuasorio. Actúan prácticamente en rebeldía.
El poder público tiene la obligación de actuar, impedir operar a estas empresas o llevar su incumplimiento legal al terreno penal. Cuando empiezas a hablar de penas de cárcel, cambian las cosas. Nadie puede estar saltándose la ley sistemáticamente.

Por último, ¿qué opina de las negociaciones entre Cataluña y el Ejecutivo, y la posible amnistía?

Creo que no sería el mejor escenario ni pedagógico plantear que esto va de amnistía a cambio de investidura. La cuestión tiene que ser otra y de bastante más profundidad, de país. Cualquier observador medianamente objetivo es consciente que en el 2023 poco tiene que ver la situación actual en Cataluña con la del 2017. Además, la ciudadanía catalana ha votado en las en las elecciones muy mayoritariamente al Partido Socialista de Catalunya, a los comunes, incluso al Partido Popular, por encima de Esquerra o Junts. Creo que hay que tomar medidas para intentar que esto no vuelva al escenario de la confrontación.