“Recibí un elogio maravilloso: me dijeron que mi estilo de escritura no es calculado; es decir, a veces pienso que es demasiado descriptivo, pero vosotros me dijisteis que esto os ayuda mucho a imaginar los espacios y las escenas”, afirmó la autora. Además, añadió: “Ahora, cuando escribo tanto Las Hijas de la Criada como mi nuevo trabajo, pienso mucho en vosotros”.

De esta manera, Ónega expresó su emoción y asombro ante la gran acogida de los lectores y al saber que su libro ha sido el más descargado y leído entre personas ciegas de los Clubes de Lectura de la ONCE durante los últimos 12 meses y que, en conjunto, sus obras acumulen miles de descargas.

La autora compartió que describir el sonido del agua, la caída de las hojas y detallar a los personajes es algo que fluye naturalmente cada vez que se sienta a escribir. “Siempre pienso en las personas que no pueden ver, pero pueden imaginar lo que uno escribe en un libro”, precisó.

Búsqueda de la verdad

Ónega explicó cómo se siente inspirada por todo lo que la rodea. Las historias que cuenta en su programa de televisión (Y ahora Sonsoles) impactan profundamente en su interior. “Superan con creces lo que puede salir de la cabeza de un escritor”, afirmó.

Reveló que el secreto de su novela radica en un titular que anunció en su programa sobre el intercambio de niñas hace algunos años. “Aquello me pareció fascinante y pensé: ‘aquí hay una novela’”, relató. “Esa noticia de la vida real fue el germen para construir Las Hijas de la Criada”.

La obra, llena de magia y realismo, se desarrolla en una remota masía de Galicia, donde se guardan secretos familiares que merecen ser revelados. Sonsoles narra la historia de uno de estos secretos y reflexiona: “El tiempo en el que transcurre esta historia, a principios del siglo pasado, nada tiene que ver con el nuestro. Sin embargo, la combinación de la realidad de nuestro mundo con el pasado es lo que más me motiva a escribir”.

Deuda con las mujeres

Ónega aseguró que la historia está en deuda con las mujeres del pasado. “La historia ha sido profundamente injusta con las mujeres desde tiempos inmemorables”, afirmó. Al trabajar en el siglo XIX, encontró artículos de la época sorprendentes, que comparaban a las mujeres con borrachos y mendigos. “Es gratificante ver cómo hemos evolucionado y reconocer el papel fundamental que las mujeres han tenido en nuestro progreso”, añadió.

Durante el proceso creativo, bucear en hemerotecas y libros antiguos llena de felicidad a la autora. Desde Cataluña, uno de sus fieles lectores le preguntó cómo encuentra tiempo para su proceso creativo entre todas sus responsabilidades. Ónega respondió entre risas: “No sé cómo lo he logrado. Esa sensación de orfandad que todo escritor siente al terminar una novela y entregarla, me hace pensar que no sé cómo demonios lo conseguí”.

Además, la autora madrileña destacó la complejidad tanto del mundo literario como del periodístico y cómo ambos se alimentan de la gente. “Son carreras de fondo muy largas, donde la seducción permanente es clave”, subrayó.